Griffiths, tocado por el fulgor olímpico

Cuestiones estéticas aparte -Griffiths ha seguido siendo fiel a su estilo desenfadado -, los motivos por los que el suyo ha sido el nombre que más ha sonado es por su perfil profesional, de alguna manera, el que más podría seguir la estela del anterior presidente y el que más encajaba con el espíritu con el que Seat, y Cupra, quieren presentarse al mundo. Así lo ha entendido el Grupo Volkswagen, cuyo máximo ejecutivo, Herbert Diess , ha bendecido con su presencia hoy en Barcelona el nombramiento.

"Es alguien que viene del campo de las ventas, no de las finanzas, lo más parecido a Luca de Meo. Supone continuidad, y después del cambio de ciclo que ha experimentado Seat, es lo que necesitamos ", añaden a este diario fuentes de la plantilla.

No es un tópico decir que Griffiths es un hombre de automóvil desde la cuna. Se crió, de hecho, en el concesionario de automóviles que regentaba su padre en Manchester. Allí lavó coches e hizo de comercial. Sus estudio de Management Internacional y alemán en Leeds parecían ya encaminarle a desarrollar su carrera dentro del grupo Volkswagen , donde ha permanecido siempre desde que se estrenó con unas prácticas en Audi.

En la marca de los cuatro aros empezó en 1989 y, tras trabajar en SEAT entre 1991 y 1993, regresó a la firma alemana, donde ocupó varios cargos de responsabilidad en el área comercial. De 1997 a 1998, dirigió el área de Retail Marketing Internacional y a partir de 1998 desempeñó distintas responsabilidades en la división de ventas de Audi , hasta que fue designado entre 2005 y 2013, responsable de ventas en los mercados europeos de exportación.

En Seat, junto a Luca de Meo, ha ocupado la máxima responsabilidad del área comercial , para luego compaginarla con el liderazgo del proyecto Cupra como consejero delegado , puesto desde el que ha potenciado con éxito la submarca deportiva de la compañía, llamada a seguir creciendo en términos relativos dentro de la firma con sede en Martorell. Griffiths sustituye al alemán Carsten Isensee, presidente interino desde el pasado mes de enero

Al igual que su precedecesor Luca de Meo, Griffiths es un enamorado de España y particularmente de Barcelona, ciudad que conoció en plena juventud durante los años del fulgor olímpico . Él mismo ha confesado que esa época le marcó. Ahora como presidente de Seat, su vinculación con Barcelona y España se consolida.