Cuidado con el calor: aumenta el riesgo de sufrir un reventón
El peligro se multiplica por cinco, sobre todo si los neumáticos circulan con menos presión de la recomendada

En plena ola de calor y en medio de la segunda fase de la operación salida conviene prestar mucha atención al estado y la presión de los neumáticos, ya que con altas temperaturas aumentan las probabilidades de sufrir un reventón. El nivel de riesgo aumenta con la antigüedad de las gomas y el exceso de carga y de velocidad.
Teniendo en cuenta que el parque automovilístico español alcanza una edad media de 13,1 años y alrededor de 1,5 millones de vehículos circulan con defectos graves en los neumáticos, las probabilidades de que un conductor sufra este peligroso incidente son elevadas. Los tres problemas más comunes en relación a las ruedas son el desgaste irregular (en el 48,5% de los casos), defectos de estado como ampollas, deformaciones anormales o roturas (17,7%) y la profundidad del dibujo por debajo del mínimo legal (13,6%).
Según explican desde el RACE se produce un reventón cuando el neumático no puede contener la presión del aire al estar la goma en mal estado, así que irremediablemente se acaba rompiendo por el flanco. Cuando esto sucede, notarás primero un ruido fuerte y, acto seguido, el coche se empezará a mover de una forma extraña y poco intuitiva. Es aquí cuando alguna pieza de caucho puede esparcirse por la carretera o incluso impactar contra las suspensiones del coche.
Para controlar esta situación, ante todo hay que mantener la calma y en ningún momento hacer gestos bruscos con el volante, ni frenar con contundencia. Si lo hacemos, el coche se puede desestabilizar y se volverá incontrolable.
Cuando se note el ruido inicial hay que sujetar con firmeza el volante y dejar de acelerar. Es importante que sea el freno motor el que vaya reduciendo la velocidad del coche. Una vez que puedas controlar el coche deberás encender las luces de emergencia y situarte a un lateral de la carretera.
El riesgo de reventón de un neumático en verano se multiplica por cinco. Sobre todo, sucede en neumáticos que circulan con presiones por debajo de lo recomendado, tal y como explican desde OcasionPlus.
El calor es uno de los factores de riesgo, pero hay más factores:
- Presión del neumático: Un neumático que circula con una presión 0,5 atmósferas inferior a la recomendación del fabricante del vehículo triplica el riesgo de sufrir un reventón. Se puede advertir que las ruedas llevan menos aire del debido cuando el desgaste de los laterales del neumático es similar en ambos lados.
- El exceso de carga y de velocidad. Cada vehículo incluye una tabla de referencias en función de la ocupación del vehículo que se debe consultar cuando existan dudas, aunque por norma general si se va a viajar con más ocupantes y equipaje de lo habitual, se deberá aumentar la presión de las gomas.
- Un defecto de fábrica o pasar por encima de un clavo que deteriore el flanco de la rueda o la banda de rodadura.
Cómo evitar un reventón
Antes de salir de viaje se recomienda revisar el estado de los neumáticos. «Invertir cinco minutos en revisar y ajustar la presión de las ruedas puede garantizar un viaje seguro evitando una situación de alto riesgo al volante. Además del estado de las cubiertas, se debe comprobar su fecha de fabricación, un detalle que se suele pasar por alto en vehículos de más de 10 años y que puede suponer un riesgo adicional», destaca Fernando Rodríguez, CEO de OcasionPlus.
Transcurridos diez años desde la fecha de fabricación –no la de montaje- las propiedades del neumático se van deteriorando y no ofrece la misma seguridad, por lo que recomiendan su sustitución por unos nuevos, aunque la profundidad del dibujo de la banda de rodadura no haya alcanzado el mínimo legal para circular (1,6 mm). Es decir, aunque aparentemente los neumáticos estén en buen estado, pasados diez años, esconden un deterioro de sus materiales.
Además de la revisión no hay que olvidar estas otras claves durante la época estival.
1. Comprobar la profundidad del dibujo: el grosor mínimo legal es de 1,6 mm y siempre debe haber un margen entre el indicador y la parte exterior del neumático. Si se observa que ya se ha gastado y están al mismo nivel, el consejo pasa por sustituirlos por unos nuevos.
2. Revisar la presión y ajustarla a la carga: se ha de comprobar cuál es la presión recomendada por el fabricante del coche según la carga prevista para evitar problemas y prolongar su vida útil. Esta operación se debe llevar a cabo siempre en frío, porque si las ruedas están calientes el aire se expande y la medición puede resultar inexacta.
3. Observar si presentan cortes, rasguños o abrasiones: esta clase de desperfectos pueden empeorar durante un viaje y son más propensos a sufrir un reventón cuando el coche está en circulación, por lo que ante la duda, la recomendación pasa por hacer una visita al taller.
4. Utilizar neumáticos apropiados para el verano: usar neumáticos de invierno durante el periodo estival puede aumentar la distancia de frenado hasta en un 30%.
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