En el gimnasio de McLaren con Pedro de la Rosa
Mover con la cabeza veinte kilos hacia un lado y veinte kilos hacia el otro, siguiendo las curvas del circuito que aparece en la pantalla. “Fortalecer el cuello es lo más importante en la preparación física para una carrera”, explica Pedro de la Rosa en ... el gimnasio del cuartel general de McLaren. Las pesas, ancladas al casco, sirven para reproducir la presión que la parte superior del piloto sufre en el monoplaza. El ejercicio es duro, y los periodistas invitados a sentarnos en ese aparato simulador aguantamos sólo unos minutos, una mínima fracción de lo que dura una carrera.
De la Rosa ejercita el cuello diariamente, en McLaren los tres días que está en Woking y el resto de la semana en su casa de Barcelona, donde tiene un aparato similar que le compró a Juan Pablo Montoya, si es que no está en algún desplazamiento para el campeonato. Físicamente, su punto fuerte es la dureza de cuello y los abdominales, en los que tiene el récord de la escudería: llega a la meta de los setenta abdominales y siempre la sobrepasa.
“Ni a nivel de preparación física, ni en cuanto a calidad los demás son mejores”. El tercer piloto de McLaren se queja de que hoy se prefiera potenciar a los pilotos jóvenes frente a quienes tienen mayor experiencia. Hasta ahora, ser piloto de prueba en una gran escudería le llenaba porque al menos podía conducir en pista durante unos 40 días al año, con la posibilidad además de subir en el escalafón. Pero a sus 38 años y ahora que el reglamento impide los entrenamientos en pista durante la temporada, De la Rosa no parece dispuesto a seguir bajo el síndrome del portero suplemente , figura con la que se identifica, y desearía probar en un equipo menor o incluso fuera de la F1. Eso, precisa, siempre y cuando McLaren le dejara marcharse.
Admiración hacia McLaren
El piloto catalán habla con gran admiración hacia todo lo que McLaren representa. Durante una detenida visita a todas las dependencias de la factoría de la escudería, junto a la localidad de Woking, a media hora de Londres, De la Rosa se entusiasma con los hitos de McLaren. En el alargado vestíbulo del edificio, una obra de acero y vidrio con la firma de Norman Foster y sin una sola gota de gasa en ningún sitio, tiene un elogio para cada coche de carreras que allí se expone. Están los bólidos ganadores de Niki Lauda, Ayrton Senna, Mika Hakkinen y Lewis Hamilton, todos con volantes duplicados porque los originales los colecciona el jefe supremo, Ron Dennis. No hay ninguno conducido por Fernando Alonso. McLaren parece haber borrado cualquier vestigio del paso del campeón del mundo español por la escudería.
De Alonso sólo quedan los trofeos y la sana camadería de De la Rosa. “La gente en España no entiende que yo esté aquí con Hamilton y me preguntan que cuándo me voy con Alonso. Pero aunque nunca digas nunca jamás, eso lo veo de momento imposible”, explica.
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