La mayoría, arrepentida de comprar usados a particulares

El texto apunta que los clientes que compraron el coche a un particular no gastaron más de 3.000 euros en la operación, mientras que los que acudieron a un profesional invirtieron una media de 6.000 euros, cifra que se explica por la menor antigüedad y el kilometraje más reducido.

Desde Ganvam destacan que los clientes que encontraron estos precios bajos «parecen haber sacado en claro que lo barato sale caro», pues tras la compra han tenido que realizar reparaciones, al no recibir ningún tipo de garantía.

Según datos de la asociación, el 13 por ciento de las personas que compraron un vehículo a un conocido se arrepintió, frente al 8 por ciento que lo hizo por motivos personales, el 6 por ciento por el cierre de un concesionario o compraventa, el 2 por ciento por la compra en el extranjero o del 2 por ciento, que se mostró insatisfecho con la marca.