BMW 520d, representación al mejor nivel

Pues bien, no es el caso, pues por emisiones nuestro protagonista (119 g/km) queda exento del pago del impuesto de matriculación, y así las cosas se pone en 46.410 euros con cambio automático (43.900 euros el manual), el homónimo de gasolina, el 520i de idéntica potencia (184 CV y 139 g/km), un 2.0 turbo de 4 cilindros (como el de gasóleo) y menor par límite (270 Nm por los 380 que libera nuestro protagonista) sale por 47.008 euros (44.000 euros en manual)…

Puesta a punto

El pasado verano, BMW puso a la venta una somera actualización de esta Serie con novedades en diversos ámbitos . También en el estético , aunque sobre éste solo varía en el frontal la silueta del paragolpes, los antinieblas, el marco de la parrilla, la iluminación de los pilotos traseros y los intermitentes laterales (ahora encastrados en los retrovisores). La firma bávara también renovó opciones y otros detalles. El coche ofrece líneas decorativas Luxury, Modern y M, ésta con cambios de chasis.

A todo ello, y en aras de mejorar el consumo y bajar las emisiones, BMW trabajó en la aerodinámica . Versiones como el 520d que nos ocupa pasa, en cuanto a Cx , de 0,28 a 0,25 fruto de modificaciones en los pasos de rueda, el recubrimiento de los bajos y el rediseñando los faldones delanteros.

Otros que contribuyen a reducir su gasto son la función Stop&Start, el indicador de paso óptimo de marcha, el modo ECO PRO con posición de «planeo» (según el ritmo, engrana punto muerto y avanza por inercia con caja automática) y hasta un asistente que, en coordinación con una ruta programada en el navegador, invita a reducir la presión sobre el acelerador antes de trazar una curva o aproximarse a un límite de velocidad.

Según lo esperado

Siguiendo en lo mecánico, el 520d se ha beneficiado de una renovación en la calibración de la suspensión y la dirección , más confortable y de mejor tacto, respectivamente.

La gama aporta de serie faros de xenón (y en opción LED para todas las funciones, incluso direccional y con cambio automático de cruce a carretera y viceversa), nueva iluminación ambiental (permite cambiar de naranja a blanco) e incluso capacidad para instalar 2 tablets para los pasajeros traseros incrustados en el dorso de los asientos delanteros.

Por cierto, y ya que pasamos por su interior, hay que reseñar que el 520d es amplio (a partir de sus 4,91 metros de longitud, con un maletero de 520 litros , enorme y diáfano aún sin rueda de repuesto), hasta para 5 adultos, si bien, y como siempre, 4 será el ideal para viajar.

De calidad soberbia y ergonomía de conducción a la última , obliga por el contrario a adaptarse a sus singularidades por lo técnicamente sofisticado que es (como opcionales puede recibir alertas de cambio de carril no voluntario y de obstáculos en los ángulos ciegos, información proyectada head-up display , mando iDrive giratorio con reconocimiento dactilar de letras para la gestión de diversos parámetros, incluidos el teléfono o el equipo de sonido…)

Y, claro está, es personalizable hasta decir basta, siempre a golpe de talonario: aparcamiento asistido (1.600 euros), diversos tipos de cuero (de 2.300 a 3.500 euros), acceso y arranque sin llave (unos 1.000 euros), butacas delanteras eléctricas con memoria (1.300 euros) y masaje, climatizador de 4 ambientes (unos 600 euros)…

Solvente

Con los citados 184 CV/380 Nm el 520d se mueve bien, aunque con carga y pasaje no hay que esperar un «misil». Hay varias lecturas. La primera, que sorprende cómo un turismo de casi 5 metros y 1.705 kg se contenta con promedios reales inferiores a 6 l/100 km (anuncia 4,5 l/100 km), en línea con un avanzado Peugeot 308 e-HDi 115 . Otra que a los límites que impone la ley, y con la cantidad de autovía existente, su energía ha de bastar a la mayoría para afrontar desplazamientos.

El contrapunto , por así decirlo, son tramos más o menos «ratoneros» o virados en carreteras de un carril por sentido, sobre todo con tráfico al que adelantar. Ojo, puede con situaciones así sin complejos, pero quizá no con la energía que invita a pensar , en especial, insistimos, si viaja moderadamente cargado.

Déjennos recomendarles el cambio automático y secuencial (sin levas de volante de serie), un complemento que por acción, acertado desdoblamiento de sus 8 relaciones y confort y solvencia le va «como anillo al dedo». Por lo demás, el 520d es fácil de llevar , si se quiere rápido, con independencia de su tracción trasera o propulsión (puede ser total xDrive , en cuyo caso se mete en 49.800 euros , también automático).

¿Más energía para driblar con repechos en un «abrir y cerrar de ojos»? BMW nos ha dejado durante unos días un 535i xDrive de gasolina (65.200 euros, de nuevo auto secuencial), que se puede ver más en detalle accediendo a esta galería de imágenes con pack opcional M , y que con 306 CV/400 Nm , y aún sin llegar a ser el 550i (92.900 euros y 381 CV) ni muchos menos el M5 (también sobrealimentado, con 560 CV y un coste de 120.600 euros), con 3 litros y 6 cilindros turbo corre va como un «rayo». Por supuesto, consume en consonancia: de los 7,6 l/100 km que anuncia de promedio homologado resulta difícil bajarlo de 11 l/100 km en conducción desenfadada. Como solución intermedia, ¿qué tal el M550d xDrive ? Un súper diésel de 92.900 euros, 381 CV y 6,2 l/100 km del que ya les contaremos…