Vídeos virales: La fiebre por lo absurdo triunfa en internet
Del «Amo a Laura» al «Harlem Shake», analizamos las claves del éxito de estos fenómenos de la Red
Pegadizos, graciosos, sorprendentes y, en más de una ocasión, ciertamente absurdos. Son los denominados virales, un fenómeno que ha sido producto sobre todo de internet y las redes sociales y que cada vez consigue mantenernos más tiempo pegados a la pantalla compartiendo vídeos tan increíblemente extraños como el de un pony haciendo el famoso «Moonwalk».
Como su propio nombre indica, un viral no es más que un producto (vídeo, fotografía, noticia) difundido ampliamente a través de internet y que consigue originar gran impacto entre los usuarios debido a un contenido altamente susceptible de ser compartido. Javier Pérez-Latre, profesor de la Facultad de Comunicación en la Universidad de Navarra, define el concepto como «mensajes que se comportan de manera análoga a los virus y se difunden globalmente apoyados en las tecnologías de la red».
Quizás uno de los adjetivos que con más facilidad se pueden aplicar al fenómeno viral es el de impredecible, y es por ello por lo que conseguir crear uno de manera intencionada es ciertamente difícil. En palabras de Carlos Bravo, experto en marketing y blogger, creador del famoso bitácora «Marketing de Guerrilla» , «un viral es menos predecible que el tiempo, pues las cosas simplemente ocurren sin que uno realmente lo espere». Y así ha sido, de manera impredecible, como el «Harlem Shake» ha llegado a convertirse en uno de los vídeos más vistos e imitados de YouTube, o como un joven llegó hace cuatro años a sentarse en el programa de Andreu Buenafuente tras crear, en un momento de aburrimiento, el famoso «Paco, Paco, Paco» que «bailaba y entonaba» Beyoncé Knowles.
Pero, ¿cómo han llegado los absurdos «Harlem Shake» o «Moonwalking Pony» a convertirse en fenómenos virales? No se trata más que de pura suerte y casualidad. Para Bravo, «puede haber muchos factores en común en todos ellos, pero sería imposible "cocinar" uno, ya que el factor suerte es demasiado importante». En opinión de Pérez-Latre, algo que une a todos estos «productos» de internet es su valor de entretenimiento y diversión, «así como el hecho de ser extraños, pues lo raro e inusual interesa. En el contexto actual las audiencias están continuamente buscando "experiencias de entretenimiento"».
Principales ingredientes
Utilizando como referencia fenómenos como «Harlem Shake» o «Gagnam Style», Bravo llega a la conclusión de que uno de los factores clave para que algo adquiera el adjetivo de «viral» es «la posibilidad de imitación y de crear una versión propia a través de la parodia. De esta manera, cada usuario puede tener su momento de fama gracias a la popularidad del original. A todo esto hay que añadir que el viral nos hace olvidar el día, pues es un momento de felicidad que nos hace sentir bien».
Aunque al hablar de virales ahora mismo solo se nos vengan a la mente vídeos como el «Moonwalking Pony» , este tipo de contenidos no son, ni mucho menos, una novedad. La historia reciente de este fenómeno nos recuerda imágenes que alcanzaron la fama hace años, como aquel en que se mezclaban Coca-Cola y Mentos con un resultado más que explosivo y que, según Bravo, «consiguió una rápida difusión gracias al efecto sorpresa».
O este otro, bastante más alejado del humor y lo extraño, y en el que una desconocida Susan Boyle se presenta a su primera audición para «Britain got Talent»:
En el ámbito empresarial, el marketing viral (técnicas de marketing que explotan al máximo los beneficios de internet y las redes sociales) puede ser una apuesta segura para que muchas marcas logren, de manera más barata y simple, una efectividad mucho mayor que con campañas más elaboradas. «El marketing viral nos hace sentir bien porque nos reímos o nos genera un momento de felicidad, y eso es lo que deben buscar las empresas», considera Bravo, quien aconseja a las marcas «no obsesionarse con el mensaje comercial sino buscar ese momento íntimo con el usuario para que pueda relacionarlo con la marca».
La efectividad de una campaña publicitaria que logra convertirse en viral puede ser, para el profesor Pérez-Latre, bastante grande, «pues confiamos más en otras personas (las que nos hacen llegar esos virales) que en los medios tradicionales. Además, los virales logran "espacio gratuito" en los medios, que necesitan contenido original». A esto hay que añadirle el escaso precio, pues «el coste puede ser mínimo».
Seguro que todavía no has olvidado el famoso «Amo a Laura» de MTV:
O de aquel anuncio de Loewe que dio tanto de qué hablar:
En opinión de Bravo, no obstante, son pocas las empresas que «tienen la imaginación y la creatividad necesaria para crear contenidos tan atractivos para el usuario. Además, hay que tener paciencia, pues el factor suerte es importante, así como saber meterse en la piel del público objetivo y sentir como él». De momento, el último viral que ha sacudido la red ha sido el «Goat Edition» o , lo que es lo mismo, cabras que, de repente, aparecen balando en mitad de un videclip. ¿Absurdo? Quizás esa sea la clave.
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