Madrid 2020: Terrence Burns, el conseguidor en la sombra
Este gurú de la puesta en escena trabaja para la candidatura olímpica madrileña tras asesorar con éxito a Atlanta y Pekín
MIGUEL ÁNGEL BARROSO
« Todo comienza con la marca. Y esa marca tiene que responder a un par de cuestiones: ¿Por qué esa ciudad es diferente de las otras? Y, sobre todo, ¿qué importa realmente al movimiento olímpico? Los aspectos técnicos de las ofertas que concurren ... en una votación no difieren demasiado, por eso hay que romper a través de la emoción. Esa es la clave». El autor de esta reflexión es Terrence Burns, presidente de Helios Partners, un gurú especializado en conseguir grandes eventos deportivos para sus clientes, a los que diseña una estrategia basada en la imagen, en un mensaje poderoso y la ausencia de errores de principiante. Y su cliente, estos días, es Madrid 2020.
Este norteamericano de pelo blanco y aspecto impecable al que se ha visto en los últimos meses acompañando, de forma discreta, a los rostros visibles de la candidatura (desde el Príncipe de Asturias a Alejandro Blanco, presidente del COE), tiene una hoja de servicios digna de encomio: ayudó a conseguir los Juegos de Atlanta, Pekín, Vancouver, Sochi y Pyongyang (estos tres últimos de invierno), además del Mundial de Fútbol de Rusia 2018 y la Universiada de Kazán de 2013. Trabajó para Bakú en la aventura en la que participa la capital de España hasta que cayó en el corte y Blanco contrató entonces su talento .
Especialista en lenguaje verbal y no verbal, en los discursos y en la puesta en escena, Burns no se casa con nadie y si tiene que enmendar la plana a alguna personalidad, lo hace sin miramientos. Cuida la imagen de quien le paga y no soporta los errores . Por ejemplo, que haya fricciones, por mínimas que sean, entre los miembros de la candidatura. O mensajes contradictorios. O que se haga la pelota sin freno ni disimulo a los miembros del COI. Entre el trato preferente y la lisonja hay una línea muy delgada que no conviene cruzar. Y que suene el móvil cuando se está atendiendo a los tipos que deciden es pecado mortal.
«Los candidatos suelen centrarse demasiado en sí mismos y tienden a caer en el cliché, ya que tratan de ayudar a su país o su ciudad», señala. «No se puede ganar por el tópico, sino crear una idea poderosa y emocional que ofrezca un beneficio tangible a la propia entidad organizadora en lugar de a la ciudad candidata». Parece difícil digerir esto cuando corren ríos de tinta sobre las posibles ventajas del vencedor en lo económico y anímico, pero es que esos intereses suelen importar más bien poco a los que toman la decisión.
El ejemplo práctico de esta teoría se ha visto con los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 y el Mundial de Fútbol Rusia 2018. La narración que convenció a los impredecibles miembros del COI y de la FIFA fue: señores, vamos a llevar sus eventos a lugares donde nunca han estado antes. Seamos audaces y, al mismo tiempo, abramos mercados. Eso no es solo una historia poderosa que conecta con la vena sentimental de los individuos, sino que también les aprovecha. “Ya no es lo que puede hacer el movimiento olímpico por mi ciudad, es lo que mi ciudad puede hacer por el movimiento olímpico”, concluye el experto.
¿Será esa la táctica a seguir por Madrid 2020 en la decisiva presentación del sábado? Lo que parece evidente es que tratará de encender una caldera de emociones y que el guión estará cuidado hasta el más mínimo detalle por Terrence Burns, el conseguidor.
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