«Lo importante es que el hombre se salvó; que me robaran es secundario»

Salvó a un viajero que se tiró a la vía del Metro, pero mientras le sustrajeron la mochila

marta r. domingo

14/06/2014
Actualizado a las 13:49h.

Quedaban pocos minutos para que llegara el tren, pero el espíritu solidario de Víctor Regalado, un miembro de la Policía Nacional que no estaba de servicio, le empujó a las vías de la estación del Metro de El Carmen para salvar la vida de un ... hombre que se había tirado.«No me di cuenta del riesgo al que me exponía hasta que terminó todo. En ese momento, actué sin pensar; lo único que quería es echar una mano y hacer todo lo posible por ayudar a esa persona», comenta.

Eran casi las 10 de la noche del miércoles 11 de junio cuando el agente, que se dirigía a su puesto de trabajo en la comisaría del distrito de Chamartín, se percató de que un individuo con evidentes signos de embriaguez estaba tirado en las vías. La reacción de Regalado fue inmediata. Se lanzó al foso para salvar la vida de aquella persona sin importarle poner en riesgo la suya.

«Lo más duro fue subirle hasta el andén. Intenté hablar con él para tratar de tranquilizarle, pero iba tan ebrio que no conseguía articular palabra y no paraba de dar bandazos de un lado para otro», relata el Policía de origen salmantino. La desesperación de aquella persona era tal que el agente tuvo que emplear toda su fuerza para retenerlo. «Él insistía una y otra vez en volver a las vías. En su mente solo cabía esa idea», añade.

Mientras tanto, hubo alguien que, en vez de sumar sus esfuerzos a la causa, aprovechó la oportunidad y el desconcierto para sustraer la mochila del joven policía. Las cámaras de la línea 5 del suburbano captaron al ladrón. Tras comprobar que nadie observaba su hazaña, se marchó con las pertenencias del agente.

«En este momento estaba fuera de la estación con los compañeros de seguridad del Metro y no me di cuenta de que me faltaba la mochila. Afortunadamente, solo llevaba la ropa del uniforme y una sudadera personal» comenta Regalado. «Además, el robo es secundario, al final, lo importante es que al hombre no le pasó nada y que se salvó. Al fin y al cabo, la bolsa no es más que un material y no tiene ningún valor», reflexiona.

En su entorno, su actitud le ha valido muchos elogios: «Mi familia está muy orgullosa y mis compañeros muy agradecidos y muy contentos». Pese a los contratiempos, lo tiene claro: «Creo que actué bien. Lo volvería a hacer porque es lo que cualquier compañero de la Policía y cualquier persona de a pie hubiera hecho en mi lugar. Estoy muy contento y satisfecho de que todo saliera bien. Lleve o no puesto el uniforme, este es siempre mi trabajo».