...Y La Paloma descendió del altar

A las 10 de la mañana, coincidiendo con la salida de la primera Eucaristía, ha comenzado una ofrenda floral que, a lo largo de la mañana, ha terminado con un gran manto de flores en honor a la Virgen. La plaza se ha ido llenando y el ir y venir de fieles ha sido constante.

Muchos de los que entraban a las primeras celebraciones permanecían dentro del templo para no perder el sitio cuando llegase la Misa Mayor, que ha comenzado con escrupulosa puntualidad. El templo se ha quedado pequeño y ni el aire acondicionado ha podido mitigar el intenso calor, que ha provocado alguna que otra dificultad entre los fieles.

En una ceremonía cantada, el obispo auxiliar Fidel Herráez se ha acordado de los asistentes, de las personas que lo estaban siguiendo a través de la televisión y de las autoridades que han acudido a la ceremonía, como el portavoz del Ayuntamiento de Madrid , José Enrique Núñez, y el consejero de Medio Ambiente , Borja Sarasola.

Con algo más de retraso y con las dificultades habituales ha comenzado el descenso del cuadro. El retén del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento ha emocionado a la basílica con la delicadeza con la que han tratado el lienzo. Bruno Fernández ha sido el encargado de subir la escalera entre vivas y una sonora y larga ovación de todo el templo

Una vez en el altar, por el cuadro han pasado las autoridades en primer lugar y después los centenares de fieles de La Paloma, que tendrán hasta las siete de la tarde de hoy para besar el lienzo y dejar sus plegarias a la patrona. Una virgen que hoy se ha puesto a la altura de sus fieles, en el día grande de las fiestas de la capital.