Resistencia Galega mantiene «la intención y la capacidad para atentar», según la Fiscalía

El punto de inflexión en este plano lo marcó la ratificación de la calificación de banda terrorista que el Tribunal Supremo suscribió en abril de 2014. Desde ese momento, y con cuatro de sus integrantes condenados, «la dirección de la Resistencia Galega abandonó la estrategia en virtud de la cual se trataba de aparentar una desestructuración del colectivo y a cuyo efecto se presentaban sus acciones violentas como cometidas de una forma pretendidamente aislada y aparentemente individualizada de sus miembros», detallan los fiscales de la Audiencia Nacional. Igual de importante en el devenir de una banda silente desde el atentado contra el concello de Baralla el pasado octubre fue la publicación de un vídeo en julio de 2014 en la red protagonizado por su cabecilla .

Desde la clandestinidad

Su autor es el líder de Resistencia, Antón García Matos alias «Toninho», en busca y captura desde 2012. El mensaje, probablemente grabado desde Portugal, apela a los afines a la banda a «seguir con la lucha armada» . La leyenda del vídeo, como bien recuerda la Fiscalía, reconoce que la cúpula maneja los hilos desde la clandestinidad y puede ser entendido como una llamamiento activo a la militancia radical independentista, «en un intento por revertir la crítica situación de la banda terrorista , muy mermada después de los sucesivos operativos policiales y de las sentencias emitidas tanto por la Audiencia Nacional como por el Tribunal Supremo», profundizan desde el Ministerio Público en su análisis de la situación armada en España.

Otro de los momentos a resaltar del último año en la actividad de una banda callada pero no erradicada , es la disolución de la Asamblea de Juventudes Independentistas, AMI. Descrita por los propios fiscales como «la cantera» de los futuros integrantes de Resistencia Galega, su desaparición podría denotar un nuevo capítulo en la historia de una banda que surgió en el verano de 2005 y que desde entonces ha cometido más de medio centenar actos violentos y atentados en defensa del «antipatriarcado» .

Apoyos en el exterior

En la actualidad se encuentran en prisión ocho de los activistas de la banda . Seis de ellos, repartidos en varios centros penitenciarios del país, están condenados por pertenencia a banda armada y cumplen penas de hasta siete años de prisión. Otros dos están a espera de juicio, en calidad de reclusos preventivos. Acerca de los apoyos con los que estos presos — una de ellos incluso se dio a la fuga tras conocer la condena impuesta — cuentan en el exterior, los fiscales de la Audiencia Nacional apuntan sin miramientos a organizaciones satélite del entramado del Movemento de Liberación Nacional Galego (MLNG). Una plataforma junto con la que, apuntan, son «una amenaza potencial que no cederá en su actitud violenta».