Suspensos

Porque además de zancadillear a la izquierda chillona y ese nacionalismo en busca de sitio y rumbo, la iniciativa representa el grito de la soberanía gallega en pro de los derechos y libertades de un pueblo que pudo votar a Maduro, pero que es reprimido como sólo las dictaduras saben.

La política también es estrategia, tacticismo. Y del mismo modo que la oposición ha examinado al PP en el Parlamento de Galicia sobre el franquismo —que siguiendo el argumento de Soneira no era ni una iniciativa de control ni de impulso—, el PP puede darle la vuelta al calcetín. Con una diferencia: en este examen se sabían no sólo las preguntas, sino incluso las respuestas. Ni por esas. Suspendieron.

AGE y BNG tenían la opción de posicionarse críticamente en el debate pero dar un «sí» final para que no se dude de su condena a un gobernante que oprime a su pueblo. Optaron por lo previsible: una vieja gloria pasada de revoluciones y una voz de la modernísima UPG. Así van.