EL GARABATO DEL TORREÓN
Menos gritos y más trabajo
Al PP de Lugo, en su labor de oposición, se le exige una política más realista y menos pancartista
por JUAN SOTO
El PP de Lugo tiene mal perder. Y eso le conduce a una actitud continuamente enrabietada, parecida a la de un niño malcriado: mucho griterío y mucho aspaviento, pero nada de trabajar.
En el desempeño de sus responsabilidades como primer grupo de la oposición en ... el Ayuntamiento de la capital luguesa su labor es fundamentalmente obstruccionista. A cualquier ciudadano a salvo de fanatismos partidistas tiene que resultarle muy difícil la inacción de unos concejales a quienes la voluntad democrática asignó una doble tarea: por un lado, el control de la acción gubernativa; por otro, la formulación razonada de propuestas y alternativas en beneficio de la ciudadanía y, en todo caso, viables.
Es evidente que los integrantes del grupo popular no son exactamente la octava maravilla de la Administración Local. Y es cierto también que a todos ellos es aplicable el sabio consejo de que más vale permanecer con la boca cerrada aunque la gente pueda pensar que eres tonto, que abrirla y disipar cualquier duda. Pero esa precaución debería ser compatible con una imagen política más aseada y un trabajo más acorde con las demandas de un municipio necesitado del esfuerzo de todos, incluyendo a sus políticos más perezosos.
Lo dicho para el Concello vale para la Diputación, donde la tarea llevada a cabo por los diputados populares parece limitarse a la inserción en los periódicos de alguna que otra plana de publicidad, acusando al presidente de la institución de actuaciones y declaraciones merecedoras, por lo visto, de reprobación a medio de tarifa publicitaria.
Entendemos que para el PP tuvo que resultar muy duro digerir el fracaso de su principal objetivo en la provincia de Lugo: recuperar la Diputación para entregársela al actual portavoz en el Senado. Pero el hecho de haberse equivocado de estrategia, de campaña, de programa y de candidato no debería impedirle llevar a cabo una política más realista y menos pancartista en las instituciones en las que está presente.
Menos gritos y más trabajo
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