Guerra sucia en el PSOE de Santiago para vencer en las primarias locales

La agrupación del PSdeG local pasó de contar con poco más de 300 militantes a finales de marzo a registrar más de 600 cuando Alfredo Pérez Rubalcaba anunció su adiós a la Secretaría General del PSOE, es decir, el 26 de mayo. Ese día —el último para entrar en los procesos internos— se dieron de alta hasta 292 militantes y previamente lo habían hecho unos 50. Las incorporaciones se vinculan con los dos sectores del socialismo compostelano: los afines al portavoz del PSOE en el Concello, Francisco Reyes, y los próximos a la concejala Mercedes Rosón, respectivamente. Este «boom» de afiliaciones situó, en dos meses, a una agrupación tradicionalmente «pequeña» como la segunda más grande en número de afiliados a nivel gallego después de Vigo.

La situación, y sobre todo, su trascendencia pública, han obligado a la dirección del PSdeG a tomar cartas en el asunto, consciente de que «llama poderosamente la atención» que se duplique el censo en poco tiempo. Por ello, la formación que dirige José Ramón Gómez Besteiro decidió abrir este lunes «un proceso de información reservada» para esclarecer lo ocurrido, tanto lo referente a las altas masivas como a la propia divulgación de información privada de los militantes, algo que podría, según la número dos de Besteiro, vulnerar la ley de protección de datos.

Fue precisamente Pilar Cancela la encargada de anunciar la medida acordada en la Ejecutiva socialista después de trascender lo ocurrido a raíz de unas publicaciones en La Voz de Galicia. De hecho, la propia Cancela, perteneciente a la agrupación compostelana, admitió que escuchó rumores al respecto, pero excusó su actuación en la falta de un «conocimiento formal», al tiempo que apeló a los «canales internos» a la hora de tratar estos asuntos. En este punto, y bajo el objetivo de acabar de una vez por todas con las guerras fratricidas en el partido, mandó un mensaje velado a los que incitan estas polémicas: «Nos hacemos muchísimo daño a nosotros mismos cuando hacemos un espectáculo público de cuestiones meramente internas».

Sin embargo, ahora no queda más remedio que actuar. «No escondemos absolutamente nada», aseguró la secretaria de Organización, que comunicó quién y cuándo se hará dicha investigación. Será el responsable de Administración y Acción Electoral, Luis Ángel Lago Lage, el encargado de averiguar lo sucedido y redactar un informe que posteriormente se trasladará a Ferraz —que validó las altas en bloque en su momento una vez pasado el filtro de la local— para depurar las responsabilidades que se consideren oportunas y, si cabe, trasladarlo al ámbito penal. Y se hará de una manera rápida: esta misma semana. El fin último pasa por «garantizar la transparencia» en el proceso de primarias, cuya legitimidad Cancela no cree deturpada.

Con esta solución exprés, los socialistas gallegos pretenden que las miradas se concentren en una única dirección: el grupo municipal del PP en el Ayuntamiento. «El foco debe situarse donde tiene que situarse, en el gobierno de esta ciudad», se escudó la segunda de Besteiro, focalizando sus reproches en la situación del Concello para tapar así la polémica surgida entre sus filas precisamente con el objetivo de conseguir la alcaldía de la ciudad.

En esa lucha está la edil Mercedes Rosón, quien en una rueda de prensa convocada este lunes para denunciar el inflado del censo admitió haber «invitado» a afiliarse al partido a medio centenar de simpatizantes, amigos y familiares . Lo hizo, según explicó, de forma «transparente» y «paulatina» al constatar que las primarias a nivel local no iban a ser finalmente abiertas a los ciudadanos, precisamente la vía que le generaría más apoyos, dado el escaso respaldo que cosecha en la agrupación.

Contra la dirección de la misma alzó la voz Rosón, a quien atribuye este incremento de militantes presuntamente irregular bajo el objetivo de seguir manteniendo «el control» de la formación. Así, desvinculó su método del utilizado por el «aparato local», encabezado por el exalcalde y diputado Xosé Sánchez Bugallo. «No permitiré que se mezcle intencionalmente la progresiva incorporación de simpatizantes y amigos a la agrupación con la respuesta del aparato de incorporar a más de 250 en un mismo día», contrapuso. Y ante esta situación, Rosón confesó sentirse «atacada y desamparada».