Conflicto pesquero
La flota gallega del cerco maquilla con protestas sus discrepancias internas
Rosa Quintana censura que «primen los intereses de tres sobre los demás» e insta al sector a que «dialogue»
E. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA
Para entender el conflicto que desde el pasado mes de febrero mantiene en pie de guerra al cerco gallego hay que mirar hacia dentro. Incapaces de ponerse de acuerdo en cómo gestionar las cuotas de caballa y jurel asignadas a Galicia, en las últimas jornadas ... marineros y armadores no han escatimado esfuerzos por desviar la atención de sus discrepancias internas . Así, las protestas que estos días han llevado a un millar de ellos a concentrarse en Vigo y La Coruña esconden, más allá de una guerra histórica por el reparto entre las cuatro comunidades en liza, la división del colectivo a nivel autonómico.
Nada que ver sus verdaderas razones con las que pretenden justificar las últimas manifestaciones, tal y como confirman a ABC fuentes consultadas. Entre ellas, quienes dicen no sentirse identificados con las protestas de sus compañeros en las calles. Según explican, el origen del problema está en «los que quieren sacar tajada del reparto », sin reparar en que «la asignación es escasa y hay margen de mejora».
«Es la diferencia entre quienes peleamos por mejorar las cifras para todos y quienes solo se miran el ombligo», aseguran miembros de este segmento. «Hay una clarísima falta de información», apuntan. Lo hacen en clara consonancia con las palabras de este viernes de la conselleira Rosa Quintana.
La titular de Medio Rural y de Mar, tras señalar que «no es justo que por la violencia se intente imponer un criterio contrario al de la inmensa mayoría » e invitar al sector a que «dialogue», censuró que se esté mintiendo con los datos. Así, frente al reparto del 70 por ciento que, según los marineros concentrados, le asigna la ley al País Vasco, corrige los datos a un 48,8% y 24,8% para Galicia —a Cantabria le correspondería un 23,6 y un 3% a Asturias—.
Los que ahora piden la dimisión del ministro de Agricultura y Alimentación, Miguel Arias Cañete, se oponen a un reparto individualizado, propuesta que Madrid puso sobre la mesa desde el principio sin que nadie alzara la voz en contra. Es más, alguna de las fuentes con las que ha podido hablar ABC comenta cómo «algunos de los que hoy encabezan las protestas en Vigo y La Coruña llegaron a alardear de lo que en diciembre —el día 20 las flotas acordaron con Moncloa el reparto— calificaban de acuerdo histórico».
7.000 toneladas de Caballa
En este escenario de clara hostilidad por parte de una facción mayoritaria del cerco gallego, que vivió un conflicto homólogo con las flotas cántabras y vascas sin opción a consenso a finales del pasado año y que obligó a Pesca a decidir el reparto que ayer hacía público (sobre la base de criterios históricos y socio-económicos), las posturas con una parte menor, aunque por ello no menos importante, se mantienen distantes. Ello, cuando Moncloa ha dado por concluido el sorteo de las 7.000 toneladas de caballa que corresponden a España —cifra fuertemente lastrada por las sanciones de la sobrepesca en años anteriores—.
Tal y como ayer informaba el departamento de Arias Cañete, el objetivo es que cada empresa pesquera se responsabilice de su cuota individualmente. Así lo acordó el sector en su reunión con el Ministerio el último mes de 2013, si bien la cartera estatal abre la puerta a una gestión conjunta de la capturas, de forma provincial o por asociaciones, al igual que se está haciendo en el Golfo de Cádiz.
Y es precisamente este último punto el que ha hecho saltar las alarmas entre los barcos de la flota gallega, a los que, con los números sobre la mesa, no les salen las cuentas y por ello defienden una especie de bolsa común en la que los opositores ven un sistema anárquico.
«Pretenden que nos autorregulemos, para que suceda como cuando en la pesca olímpica, y luego nos sancionen y estamos pagando años por una sobrepesca del pasado», señalan los mismos que defienden, en sintonía con el gobierno central, «un reparto individualizado». Lo hacen tras fracasar la iniciativa gallega, contraria a los intereses de Cantabria y País Vasco y defendida por Asturias, de establecer un reparto lineal, dando la misma cuota a todos los barcos de iguales características del Cantábrico noroeste.
La distribución de la cuota a nivel interno y que mantiene enfrentados a dos segmentos de la pesca del cerco en Galicia, pasa, según defienden desde Lugo o Ribeira, entre otros, por «pelear un incremento del cupo». Así, mientras unos hacen ruido apelando a un reparto lineal que asigne kilos por tripulante, otros trabajan por que se revise la asignación de cuota a las comunidades, corrigiendo posibles errores.
Desde la Xunta, Quintana recordó ayer que esta pesquería dura como mucho diez días, por lo que «no puede ser el gran problema de la inmensa mayoría de los 153 cerqueros gallegos». Además, indicó que en 2014 la cifra supera los 1,9 millones de kilos de caballa frente a los 1,6 del pasado año.
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