«El día que mi empresa me trasladó aquí creí que era para echarme»
Cierra, con cinco años de vida, Dolce Vita, el primer macrocentro comercial coruñés
p. varea
«Coruña es Dolce Vita», reza, orgulloso, en carteles y vallas publicitarias el eslogan de este centro comercial. Por suerte para la ciudad herculina, esta atrevida frase no es más que otra creación del marketing. Si La Coruña realmente fuese Dolce Vita, estaría en un ... estado de abandono casi total, envuelta en un pesado ambiente de resignación y frustración por lo que pudo haber sido y no fue. Estaría abriendo hoy sus puertas por última vez.
Dolce Vita fue, allá por 2008, la primera de las gigantescas superficies comerciales con las que el gobierno socialista, encabezado por Javier Losada, pretendía modernizar la ciudad. Ubicado en el corazón del polígono industrial de La Grela, Dolce Vita aspiraba a que siete millones de clientes pasasen cada año por sus 62.000 metros cuadrados de tiendas. Echando cuentas rápidas, los responsables del centro contaban con que cada coruñés se desplazase 28 veces al año a este paraíso del consumo, para lo que habilitaron 2.700 plazas de garaje.
Esta semana estaban abiertos menos de una decena de los 170 locales con los que cuenta Dolce Vita. «Estamos trabajando», rechazaban hablar los empleados que, con la persiana medio bajada, desmontaban sus tiendas. Un joven que deambulaba por los pasillos preguntando a quién tenía que dirigirse para pedir empleo en las tareas de desmonte del local era la única persona que parecía pensar en futuro de las que allí se reunían. La mayoría no miraba más que para atrás. «Esta tienda llegó a ser, en su día, la que mejor iba de todo el centro comercial», afirmaba la dependienta de una tienda de gominolas. Ella no había conocido ya esa época de vacas gordas: «Me trasladaron aquí hace un año y yo pensé que era porque me querían echar. No contaba con aguantar tanto».
Y es que la muerte del Dolce Vita no cogió a nadie de sorpresa en La Coruña. La apertura, en 2009 y 2010, de Espacio Coruña y Marineda City dejó obsoleto al centro de La Grela cuando no contaba más de dos años. Inditex se marchó en 2012, dejando firmada su ejecución. Aun así, una trabajadora del centro se muestra convencida de que «cuando supimos que esto cerraba fue cuando marchó Eroski». «El supermercado estaba en pérdidas, como todos, pero al menos traía gente».
Malos augurios
Hace unos meses se hizo público un fantasioso proyecto que pretendía convertir Dolce Vita en un centro de ocio, a donde vendría gente «en avión desde Madrid», según declaró su promotor. Aunque en el Ayuntamiento reconocen que hubo alguna reunión, la idea no llegó a cuajar. «En un año haréis este mismo reportaje sobre Espacio Coruña», concluye, críptica, la dependienta del puesto de chucherías.
«El día que mi empresa me trasladó aquí creí que era para echarme»
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