Taín, un juez entre narcos y códices, en liza contra las filtraciones del caso Asunta

Más tarde llegaría su traslado a Santiago y sobre su mesa recaerían casos de gran calado mediático como el robo del Códice Calixtino , que lo hizo popular entre la ciudadanía gallega. La fatídica noche en la que el Alvia se estrelló en Angrois , el juez Vázquez Taín también bajó a las vías sin dudarlo. No estaba de guardia, pero fue el apoyo de su compañero Aláez durante las primeras horas.

Ahora, es la instrucción del caso Asunta la que ocupa los días del juez. Una investigación que ha catapultado su nombre a los titulares de medios nacionales e internacionales y que le he dado más de un quebradero de cabeza con la prensa. Y es que, pese a los intentos por blindar el secreto del sumario sobre la muerte de la pequeña Asunta, las filtraciones han sido continuas.

De ahí que el magistrado aprovechase el auto del levantamiento de sumario para criticar con dureza el goteo de informaciones sobre la investigación que se dieron a conocer. Y también para, literalmente, remarcar su inocencia ante esas filtraciones y dejar claros los «graves perjuicios» que esta sangría de datos tuvo sobre el caso.

Consciente de la presión mediática que genera la instrucción que tiene entre manos, Taín decidió extremar las medidas de seguridad y entregó el sumario a las partes con marcas de agua para evitar que las fotografías de la investigación salgan a la luz y, para en caso de que se publiquen, poder rastraer al encargado de filtrarlas. Pero los problemas que su puesto al frente de un juzgado le ha reportado no se quedan ahí.

Un hombre que fue condenado por Taín por delitos de lesiones y maltrato en el ámbito familiar culpó al gallego del «desguace familiar» que le había provocado su resolución e intentó resarcirse rociando con ácido a los hijos del juez . Sin embargo, se equivocó de víctimas y el ácido fue a parar a dos pequeños que viajaban en el mismo autobús. Una muesca más en la carrera de un juez caracterizado por su empatía y su minuciosidad.