COMUNIDAD VALENCIANA
La muerte de Chávez, vista por tres inmigrantes venezolanos en Valencia
Tres jóvenes explican cómo están viviendo el proceso de «transición» y de la necesidad de un cambio de mentalidad en los ciudadanos
r. b. crespo
Tras la muerte de Hugo Chávez , son muchos los venezolanos que están siguiendo de cerca el complicado escenario político que se desarrolla en este momento, tanto desde dentro como desde fuera del país. Entre ellos, se encuentran los 5.550 que actualmente están empadronados ... en la Comunidad Valenciana, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a fecha de enero de 2012. Tres de ellos han hablado para ABC de cómo están viviendo este proceso de «transición» desde Valencia, que resumen en un sentimiento mezcla de esperanza y desconfianza.
Joel Mendoza tiene 31 años, lleva cuatro residiendo en la ciudad y trabaja en varios negocios. Para él, la muerte de Chávez puede ser «el primer paso para que la situación cambie», aunque no es un hecho que visualice fácilmente: «El gobierno se ha convertido en personalista y puede ser muy peligroso, puesto que ha creado fanáticos del régimen».
Joel comenta que su familia y sus conocidos que siguen en Venezuela están «contentos, pero con cautela» por lo complicado que resulta que un sistema se modifique «después de tantos años».
Además, se muestra muy crítico con la gestión que ha realizado Chávez desde el Gobierno: «Ha dilapidado recursos en propaganda sin dedicarlo a los ciudadanos, que son los más necesitados», afirma. De hecho, éste fue uno de los motivos por los que, asegura, vino a Valencia: «Existe una inestabilidad en términos jurídicos y una situación económica tan catastrófica que no sabes qué va a ser de ti, el futuro es una incertidumbre».
Para mejorar precisamente ese futuro, decidió marcharse de Venezuela A.R., una joven que se esconde bajo estas siglas por miedo a las consecuencias que pueda tener que su nombre aparezca en prensa, tal como ella misma indica. Llegó en 2009 a Valencia para estudiar un máster de Marketing dejando atrás un cargo de asistente en una alcaldía socialista de pueblo porque no compartía la visión de la política que allí se realizaba.
Con la muerte de Chávez siente «un respiro», aunque, como venezolana, está «a la expectativa» de lo que pueda ocurrir. «Creo que en términos económicos puede terminarse por fin el discurso de la expropiación y haya más inversión extranjera, aunque habrá que ver qué relación comienzan a tener con países como Estados Unidos o China. Eso sí, los altos impuestos se seguirán pagando», señala.
Esta joven se siente «decepcionada» con la mentalidad de los venezolanos y temerosa a la hora de plantearse volver. «Mi padre me dice: “Prefiero no verte, pero saber que llegarás viva a tu casa”. Y tiene razón, porque allí yo no podía caminar sola por la calle a partir de las siete de la tarde. Pero también tengo miedo a no poder sacar dinero o no conseguir trabajo si firmo algún manifiesto en contra del régimen», explica.
Su denuncia a la inseguridad es compartida por S.M., otra estudiante de máster residente en Valencia desde hace dos años, que también denuncia la corrupción de las instituciones. Ella, al igual, prefiere no desvelar su nombre debido a que el dinero que recibe para su educación por parte de sus padres depende de una institución oficial que puede denegar el seguir enviándoselo.
Aun así, es muy crítica con la dificultad para entrar y salir del país. De hecho, este mismo miércoles tenía cita, después de siete meses en espera, para renovar el pasaporte. Su sorpresa ha llegado cuando ha acudido al consulado venezolano en Barcelona (que tiene jurisdicción también sobre la Comunidad Valenciana) para realizar los trámites y no le han atendido «por estar de duelo». «Entiendo que mi país esté pasando por un momento difícil, pero para los que estamos en el extranjero resulta excesivamente complicado movernos», comenta.
La joven transmite asimismo su preocupación por la actitud de los ciudadanos de su país, los cuales, dice, «tienen que saber elegir a un candidato que cambie la situación, porque se merecen una mejor calidad de vida que no tienen porque Chávez no ha sabido administrar». Pese a ello, tiene esperanza en que la mentalidad dé un giro de una vez por todas, algo a lo que quiere contribuir volviendo a su país y aportando toda su formación para conseguirlo.
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