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Ser escritor y gracioso en Cataluña

Su reflexión era en sí un deseo: que todos los miembros de la selección española de fútbol sufrieran un accidente aéreo y murieran de forma horrible

oti rodríguez marchante

Con el mismo tono "irónico" con el que disparó a la figura del Rey, el intelectual catalán Jair Domínguez tuvo ayer uno de esos grandes razonamientos con los que se va forjando la sustancia de una sociedad grande y nueva, y quiso compartirlo escribiéndolo en ... ese papel twitero que lo aguanta todo.

Su reflexión era en sí un deseo: que todos los miembros de la selección española de fútbol sufrieran un accidente aéreo y murieran de forma horrible. Parece ser que este Domínguez es humorista y escritor (veo que entre sus obras publicadas hay una que se titula "Jesucristo era marica"), y comprendo todos los esfuerzos filosóficos que ha de hacer alguien para sobresalir en estos oficios, el de escribir y el de hacer gracia, en esta nueva Cataluña que se ha ido forjando en los últimos treinta y pocos años, o sea, los que él tiene.

Lo tremendo no es que alguien aliente en su cabeza tal excremento, ni siquiera que lo riegue hasta el punto de ser capaz de expresarlo y escribirlo... Lo realmente tremendo es que lo haga con la idea de que "eso" va a ser comido y digerido por una parte (esperemos que no muy grande) de la sociedad en la que vive y de la que vive, y de que le va a otorgar unas "ventajas" en la Cataluña soñada.

Un producto, este jovencito frankenstein, de la coyuntura educativa y medioambiental que ya será siempre incapaz de distinguir entre sueño y pesadilla, y que debería alertar a los responsables educativos y medioambientales de que hay algo en su "trabajo" de décadas que debería ser revisado, hallar ese algo mórbido o pérfido que convierte (o al menos, no impide) que un ciudadano se convierta en un monstruo.

La fotografía de esas banderas independentistas en la fachada de algunos colegios públicos catalanes son realmente aterradoras, tanto como lo serían unas banderas españolas con el aguilucho, y dan una idea aproximada del espíritu ciudadano que se inculcará a los niños que ahí tienen que encontrar el suyo. Pero no debe de ser fácil tener ciudadanos dóciles ante el crujido de impuestos para "la cosa nostra" mientras aceptan esa bomba fétida de España nos roba. Y Artur Mas y Duran i Lleida siguen con su partida de damas mientras "la bestia" juega al ajedrez mortal kombat.

Ser escritor y gracioso en Cataluña

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