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corazón de león

Musac y Muchoc

vicente Á pérez

Si Musac es el acrónimo de Museo de Arte Contemporáneo, Muchoc bien lo puede ser de Museo del Chocolate, aunque todavía, que se sepa, no hay avispado emprendedor que haya patentado tal sigla. Dámaso Alonso, enorme poeta, además de director de la Real Academia Española, escribió que el XX era el siglo de las siglas. Hoy diría que el XXI es, además de hijo del siglo de las siglas, el siglo del eufemismo; o sea, la época en la que el lenguaje se edulcora para, por ejemplo, que el callista sea «pedicuro», el barrendero, «técnico en limpieza viaria» o que una exposición o actuación artística se definan como «perfomance» o «instalación». Y así, de «perfomance» e «instalaciones» se ha nutrido el Musac leonés que este 2015 cumple diez años de vida, de muy mala vida e incierto futuro.

Nació el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León en 2005, en época de Zapatero en Moncloa y de Herrera en la comunidad. Un premio para ese León que de vez en cuando gruñía ante la privilegiada Valladolid. Era el tiempo del «gratis total», de los puentes de Calatrava para todos, aeropuertos para todos y, por supuesto, «Guggenheim» para todos. Si Bilbao podía, por qué no Avilés o León. Y por todas las provincias se levantaron contenedores de arte así como urbanizaciones de ladrillo a precio de oro. «Será por dinero», decían los políticos cuando las vacas parecían gordas, pero que, al cabo, resultaron locas y flacas.

Diez años después, el Musac es una sombra pese a su colorido envoltorio, esa construcción alabada por su arquitectura, o sea, por su continente, que no por su contenido, ocupado, por lo general, de banalidades de vanidades «artísticas». Ha pasado sólo una década que parece un siglo, el de los eufemismos; o sea, el de los «performance» y las instalaciones; el de los sueldos millonarios de los «expertos» que en este tiempo no han conseguido reflotar el templo español del arte del futuro, como lo definió su primer director.

Y del agónico Musac, al vital Muchoc, es decir al Museo del Chocolate de Astorga que el próximo sábado inaugura sede en un palacete modernista construido a finales del siglo XIX. No es juntar churras con merinas, pues el chocolate, además de historia, tiene arte, mucho arte además de artesanía. Dicen por estas tierras que «chocolate hervido, chocolate perdido». Al Musac se le hirvió hace años las «perfomance» y ahí está, perdido y en ruina. Al Muchoc es difícil que le ocurra, pues nació al paciente calor de un humilde apasionado por la industria chocolatera que en su ciudad llegó a reunir más de cincuenta fábricas. En 1994, José Luis López creó en Astorga el primer museo del chocolate de España. El próximo sábado, en su memoria, el Muchoc se convertirá en uno de los referentes europeos.

Y el Musac, con sus «perfomance»…

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