El Río Hortega estrena su nuevo Hospital de Día para enfermos mentales

La especificidad de las patologías hace que este centro de intervención comunitaria se plantee como una nueva alternativa para pacientes y familias, donde el ámbito hospitalario queda en un segundo plano y los usuarios encuentran un ambiente amable y más distendido, «y que no relacionan su asistencia a consultas más clínicas a las que ya están acostumbrados», comenta este experto psiquiatra.

Las actividades que se desarrollan desde el pasado mes de enero varían desde las reniones, pasando por talleres o terapias. «Lo que tratamos de ofrecer es un lugar donde el paciente pueda acercarse cuando él quiera, aunque sólo sea para tomarse un café con otras personas del grupo», anima el doctor Colina. No obstante, este experto destaca que las opciones de actividad son muchas y variadas, «destacando las reuniones de debate y las charlas para informarles y que sepan identificar sus patologías y los tratamientos que están llevando a cabo».

El objetivo de la creación de este tipo de servicio es conseguir reducir el aislamiento social al que se somenten este tipo de pacientes, «los de mayor dificultad de abordaje dentro de la enfermedad mental».

El centro tiene un funcionamiento desde las 10 horas hasta las 17, y el usuario puede acceder el tiempo que desee. «Pueden incluso comer allí, bien con la comida del propio hospital o la que se prepara en el taller de cocina que realizamos de la mano de un profesor voluntario que colabora con nosotros», explica Fernando Colina.

En cuanto al tiempo de estancia que los enfermos pueden permanecer en este centro, Colina explica que sin tratarse de un «periodo indefinido», por el momento «no hemos establecido la duración máxima que pueden permanecer en él nuestros usuarios».

Colina afirma que la sociedad sigue manteniendo los estigmas en torno a la enfermedad mental, especialmente hacia las acciones violentas. «Lo ideal es que la gente conociera y se relacionara con estos enfermos para que desparecieran esos tabúes», aconseja este experto, quien asegura que la incidencia de actos violentos no es mayor que en el resto de la población pero «asusta la ausencia de razón de los mismos».