El del petróleo en Canarias, un áspero debate político que soslaya el interés general

De manera que difícilmente se tengan en cuenta los grandes beneficios que para el interés general tendría una eventual explotación petrolífera en las aguas que median entre la costa canaria y la africana, ya que el contexto político lo ha inundado todo.

Vale recordar, por cierto, que Coalición Canaria nunca había tenido esta posición tan radical en contra de esta actividad económica y que incluso en 2001 saludó como positiva la autorización inicial, porque implicaba el reconocimiento de la zona económica exclusiva. Lo mismo para el PSOE, socio hoy de los regionalistas en el gobierno autonómico, cuyo secretario general llegó a decir, en plena campaña electoral, que había que ir a por el petróleo «con los ojos cerrados», porque «total, para que lo haga Marruecos...».

Si bien la estrategia de comunicación de Repsol en Canarias ha pecado a veces de soberbia, tampoco había mucho por hacer una vez que Rivero y los suyos hicieron de la causa antipetrolera su razón de ser.

Así, se han sucedido campañas internacionales —con perjuicio para la vital imagen turística del archipiélago—, peticiones ante la UE, una movilización callejera exitosa y otras fracasadas y, lo último, solicitar al Gobierno, al aliento de la consulta catalana, un referéndum sobre el asunto, una instancia todavía hoy sin respuesta por parte del ejecutivo de Rajoy.