Huesca se moviliza para salvar su último cuartel del Ejército

Tras perder la sede del que fue su Gobierno Militar, fruto de las reorganizaciones de las estructuras territoriales de mando acometidas hace años en las Fuerzas Armadas, Huesca también ha visto cerrar, de 30 años a esta parte, el cuartel «Alfonso I» y el de La Merced.

El último que le quedó es el «Sancho Ramírez», que históricamente albergó unidades de montaña del Ejército de Tierra y que, desde el año 2010, es sede del Grupo de Transporte 41, perteneciente a las brigadas de apoyo logístico del Ejército de Tierra.

La semana pasada, una respuesta parlamentaria hizo saltar la alarma al confirmar el Ministerio de Defensa sus planes de cierre de este cuartel a lo largo del año 2016. La noticia ha desencadenado una reacción unitaria entre los principales partidos. La alcaldesa de Huesca, Ana Alós (PP), ha anunciado gestiones inmediatas para presionar al Gobierno central a que no siga adelante con estos planes. El PAR se ha sumado en el mismo sentido y el PSOE considera que el cierre del acuartelamiento sería un mazazo para Huesca, por lo que respalda también iniciativas en su defensa.

En el cuartel «Sancho Ramírez», que llegó a tener más de 500 militares destacados en él hasta hace unos años, hay actualmente con algo menos de 250 efectivos, pertenecientes en su mayor parte al Grupo de Transporte 41, pero también a una unidad de servicios y a un centro de comunicaciones que hay en las instalaciones.

El Ayuntamiento de Huesca subraya que es preciso mantener el cuartel, por su larga tradición, su funcionalidad y, también, por el positivo impacto económico que tiene para esta capital de provincia. Se calcula que la actividad de este acuartelamiento genera en Huesca unos 8 millones de euros al año.