Un asesino huido de España se mofa de sus jueces enviándoles una postal desde el Caribe

Ocho años lleva en paradero desconocido sin que se le pueda sentar en el banquillo de la Audiencia de Huesca, pero los jueces de este tribunal saben que, como mínimo por un tiempo, en su huida aprovechó para disfrutar de una estancia en el Caribe.

No ha hecho falta investigación alguna para determinar este extremo porque el que se ha encargado de comunicarlo ha sido el propio asesino confeso, que ahora tiene 60 años. Lo hizo a través de una postal que envió a los jueces de la Audiencia Provincial oscense, mandada desde las costas caribeñas. Les mandaba «saludos». Toda una mofa que remataba con una irónica petición de disculpas por no haber atendido el requerimiento para que volviera a sentarse en el banquillo.

Aunque se ha conocido ahora, la postal fue enviada poco después de que fuera llamado a comparecer en ese segundo juicio, que fue señalado por la Audiencia de Huesca para el 11 de enero de 2008, según ha revelado Efe.

La retranca de la postal es la guinda de un caso rocambolesco: un asesino que, pese a confesar el crimen y a ser condenado por él, es puesto en libertad para que se repita el juicio por entenderse que la sentencia no había motivado suficientemente el móvil ni la supuesta alevosía con la que había actuado el delincuente.

La primera –y hasta la fecha única– sentencia se produjo en 2006. Fue a la cárcel, pero salió de ella en 2007 cuando el Tribunal Supremo ordenó que se repitiera el juicio contra el asesino confeso. Él no esperó. Prefirió poner tierra de por medio y disfrutar del Caribe.