Belloch anuncia que no repetirá como candidato a la Alcaldía de Zaragoza

Su retirada abre el proceso de primarias en el seno del PSOE zaragozano. Argumenta que su marcha responde, entre otros, a su «voluntad» de que se impulse ese proceso interno.

Lo que no hará Belloch es dejar el despacho de la Alcaldía por anticipado. Agotará la legislatura y será el encargado de traspasar el bastón de mando a quien le suceda tras las elecciones municipales de mayo del próximo año.

Belloch pone fin así a su etapa como alcalde de la capital aragonesa, un puesto que ocupa desde junio de 2003. Nunca ganó las elecciones por mayoría absoluta, pero se garantizó la investidura y la conformación de sus gobiernos municipales con pactos. Gobierna con el apoyo de CHA y de IU.

Esta última legislatura se ha mantenido en la Alcaldía por la mínima. En las elecciones de 2011 el PP se quedó a solo un escaño de la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Zaragoza, pero el PSOE blindó un acuerdo con CHA e IU para, entre los tres partidos, impedir que fuera investido alcalde el candidato más votado. La lista de Belloch solo obtuvo el 27,14% de los votos, frente al 41,26% que logró el PP.

Lleva en política desde hace 21 años. De ministro pasó a ser diputado en el Congreso, luego senador y después alcalde de Zaragoza –cargo que compagina con el escaño en el Senado–.

Colgó la toga de juez para convertirse en ministro de Justicia en la última legislatura de Felipe González. Un año después se convirtió en «biministro», al concentrar las carteras de Justicia y de Interior, época en la que tuvo que capear con el escándalo del también zaragozano Luis Roldán, el que fuera director general de la Guardia Civil, condenado por corrupción y fugado a Laos antes de que fuera juzgado.

Su aterrizaje en la política aragonesa generó suspicacias en las «familias» del PSOE regional. Nunca llegó a tener peso orgánico en el partido en Aragón. Fueron notorios sus desencuentros en la etapa en la que el partido –y el Gobierno regional– lo lideró el oscense Marcelino Iglesias. Y tampoco han faltado sus diferencias con el sector del actual secretario regional del PSOE, Javier Lambán.

Ahora, con la retirada de Belloch, a la dirección del PSOE aragonés le surge al mismo tiempo una oportunidad –en clave interna, colocar a un afín como cabeza de lista en Zaragoza– y una seria incertidumbre –ser capaces de mantener la Alcaldía ante unas elecciones municipales a las que el PSOE llega en horas bajas, sin una alternativa de claro tirón en Zaragoza y con el antecedente del mal resultado obtenido ya en los comicios de 2011–.