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VIDAS EJEMPLARES

Anatema

Decir lo que viene a continuación es el colmo de la incorrección política, pero…

Luis Ventoso

En pleno uso de mis facultades mentales (o eso creo), y en discrepancia con personas mucho más versadas, como don Pedro Sánchez, Pablo y Tania, el Gran Wyoming, lideresas varias en el banquillo, periodistas en barbecho y tertulianos y politólogos de todos los pesos y ... tamaños, procedo a escribir, no sin cierta delectación morbosa, la frase que a día de hoy es el súmmum del oprobio: creo que Rajoy está siendo un correcto presidente. Oficiar una misa de responso por Mariano constituye ya una de las tradiciones nacionales. El primer entierro sonado llegó en abril de 2008, bajo acusaciones de que había montado un «nasty party», que no conectaba con la sociedad. Luego el «nasty» ganó por mayoría absoluta y la políglota se bajó del bus en marcha y aguarda ahora una merced del viejo «nasty». Hubo otra misa de difuntos en enero de 2013, cuando se destapó el vergonzoso botín de Bárcenas, lamentable episodio, en el que en efecto Rajoy se quedó corto en su condena y erró al no limpiar la casa. En aquel enero, Rubalcaba, hoy profesor de Química, pidió su dimisión instantánea, de la mano del patriarca de la investigación cañí, que toma también aire desde la barrera. Finos analistas rubricaron entonces que «la legislatura ha terminado». Las terceras honras fúnebres se oficiaron con el bochorno de Granados, y merecieron incluso alguna oportuna tribuna en la venerada –y siempre cruel con España– prensa salmón de Londres, donde se reclamaba la inmediata evacuación del tal Mariano de La Moncloa para poner a su segunda.

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