Scholz da el visto bueno a la exportación de Eurofighter a Turquía

Los Eurofighter están siendo construidos por un consorcio formado por empresas de Alemania, Gran Bretaña, Italia y España (Airbus, BAE Systems y Leonardo). Scholz firma estas ventas de armas a pesar de las críticas expresadas en el Bundestag por varios partidos, preocupados por las violaciones de los derechos humanos en Turquía. El propio canciller alemán había mostrado reticencias hasta verse en la necesidad de negociar con Erdogan su apoyo para poder tramitar con mayor rapidez las deportaciones de ciudadanos turcos que hayan entrado ilegalmente en Alemania. Según un informe periodístico, 13.500 turcos serán deportados de Alemania, a un ritmo de hasta 500 cada mes. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores turco ha desmentido el acuerdo, pero la ministra de Interior alemana, Nancy Faeser, lo ha confirmado.

«Hemos conseguido que los retornos a Turquía se puedan realizar de forma más rápida y eficaz y que Turquía acepte más rápidamente a los ciudadanos a los que no se les permite permanecer en Alemania. Este es otro elemento fundamental para limitar la migración irregular», ha dicho Faeser sobre las negociaciones previas a la visita de Estado. Turquía es el tercer país de origen de los solicitantes de asilo en Alemania, después de Siria y Afganistán. En el primer semestre de 2024.441 personas fueron deportadas de Alemania a Turquía y, a finales del pasado mes de septiembre, más de 15.000 ciudadanos turcos se vieron obligados a abandonar el país, debido al endurecimiento del derecho de asilo y la política activa de Berlín para acelerar las deportaciones. Se ha especulado con la posibilidad de que Alemania negocie la instalación de campos de deportación en Turquía.

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Pero además de estos asuntos, precocinados por la diplomacia de ambos países antes de la visita de Estado, hay otros que Scholz y Erdogan han tratado a puerta cerrada en el despacho de Erdogan, en el distrito de Besiktas. Según el portavoz adjunto del Gobierno, Wolfgang Büchner, hablaron de Ucrania y Oriente Medio. Berlín aspira a que Turquía se convierta en miembro de un nuevo grupo de contacto para Ucrania, a sabiendas de que todo lo que haga Erdogan requiere el visto bueno de Moscú. Inmediatamente antes de recibir a Scholz, ha pasado por su despacho el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov.

El objetivo de esta visita es escenificar el cambio de postura del gobierno alemán, hasta ahora muy crítica hacia Turquía, en parte debido a la solicitud de Erdogan para ser miembro de la comunidad BRICS, liderada por China y Rusia, a cuya cumbre tiene previsto asistir la próxima semana. «No podemos evitar a Turquía», explica el experto en política exterior del Partido Socialdemócrata (SPD), Macit Karaahmetoglu, «a pesar de lo difícil que es con Erdogan, dependemos del país puente geoestratégico y estamos procediendo a un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales».

La tradicional crítica de la situación de los derechos humanos en Turquía, una constante en la política exterior alemana, ha pasado repentinamente a un segundo plano. En cualquier caso, se trataba de advertencias de Berlín ignoradas sistemáticamente por Ankara. Pero un asunto se interpone en el feliz reseteo de las relaciones bilaterales que intenta Alemania: Israel. «No es ningún secreto que tenemos diferentes puntos de vista», ha declarado Scholz en la conferencia de prensa conjunta con Erdogan. „El ataque terrorista asesino de Hamás el 7 de octubre fue un crimen terrible y, por supuesto, también sumió a los habitantes de Gaza en una terrible desgracia«, ha defendido el canciller alemán, »una cosa está clara: tienes que ser capaz de defenderte de un ataque así«. El líder turco, sin embargo, aseguró que »debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ejercer la presión necesaria sobre Israel y poner fin a su política agresival«, antes de volver a mencionar el »genocidio« por parte de Israel con respecto a Gaza.