Uno de estos contactos implicó al fiscal general de Azerbaiyán, Kamran Aliyev, y al presidente del Comité de Investigación ruso, Alexander Bastrik, que confirmó la creación de un grupo de trabajo para examinar a fondo lo ocurrido e identificar a los posibles responsables.
Una de las líneas de investigación es que la aeronave cayese en Kazajistán «como resultado de una interferencia externa», ya que cuando sobrevolaba Chechenia los sistemas antiaéreos rusos estaban respondido a un ataque ucraniano. Los primeros exámenes muestran supuestos impactos en el fuselaje.
El fiscal general azerí también ha hablado con su homólogo ruso, Igor Krasnov, para abogar entre otras cosas por una «cooperación eficaz» entre ambas partes, con vistas por ejemplo al intercambio de pruebas, según la agencia oficial de noticias de Azerbaiyán.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, llegó a disculparse por este incidente, que provocó 38 muertos y 29 heridos, pero por parte de Moscú no ha habido ninguna asunción de responsabilidades. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, exigió este domingo a Rusia que reconozca los hechos y cuestionó las distintas versiones dadas en los días posteriores al siniestro por autoridades rusas.
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