¿Cuál será el futuro de Siria? Quiénes mueven los hilos y las claves que pueden pasarse por alto: «No nos equivoquemos...»

Destaca el protagonismo del grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) que es el Organización para la Liberación del Levante. Es el más importante de los grupos que derrocaron a la familia Assad. Especialmente, su líder, Abu Mohamed al Jolani, está atrayendo la atención de los medios. Un personaje al que curiosamente su movimiento recientemente ha dejado de llamar por su nombre revolucionario y ha empezado a referirse a él por su nombre real, Ahmad al Sharaa.

Jolani ha hecho declaraciones que pueden ser alentadoras, como su deseo de que haya un gobierno que represente la voluntad de todos los sirios o que no obligará a las mujeres a seguir una estricta norma de vestimenta. Pero, como recuerda Javier Gil Guerrero, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia de Comillas, estas son palabras y habrá que juzgarlo por los hechos. «No nos equivoquemos: algunos de los grupos rebeldes -como HTS- que derrocaron a Assad tienen su propio y sombrío historial de terrorismo y abusos contra los derechos humanos», apuntaba precisamente en esa línea el presidente Joe Biden.

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Alexia Columba Jerez

Guerrero señala que es necesario mantener el escepticismo por la trayectoria de muchos de estos rebeldes que acaban de tomar el poder y que tienen una historia ligada especialmente a Al Qaida, con un pasado muy sectario y fundamentalista. «Está por ver que esta conversión de camino a Damasco, como la de San Pablo, hace dos mil años, es sincera y es real. Los talibanes también llegaron al poder con palabras tranquilizadoras y mensajes optimistas para la opinión pública occidental y luego, de una forma gradual pero inexorable, han ido imponiendo de nuevo una islamización muy estricta», señala Gerrero.

Un rasgo de Abu Mohamed al Jolani es que haya sido capaz de unir a muchas facciones rebeldes. Y lo que está claro para Guerrero es que «en HTS han ganado una sofisticación a la hora de ser conscientes de la sociedad siria que tienen entre manos», afirma. Si la reforma será violenta, pactada o dilatada en el tiempo está por ver, pero Guerrero sostiene que no hay que olvidar que los rebeldes que han tomado el poder no son un bando unificado y jerárquico, como podía ser el bando franquista en la Guerra Civil, sino que el suyo es mucho más parecido al de la Segunda República en la Guerra Civil. Cada uno con su agenda, su liderazgo y sus conexiones internacionales con patronos extranjeros.

«De no haber un acuerdo de larga data estaríamos en una sociedad con una espada de Damocles sobre su cabeza y el riesgo de caer en la anarquía», dice.

«Al final, el escenario de hace unos años, en los que se decía que Assad había ganado la guerra, era real, pero basado solo en que sus aliados le habían ganado la guerra. Y ni siquiera se había llegado a un acuerdo definitivo para cerrarla, con lo cual el riesgo seguía ahí», matiza Alejandro López, director de 'Descifrando la Guerra' y coautor del libro 'La pugna por el nuevo orden internacional'.

Lo cierto es que estamos ante un cuadro tremendamente complejo, con una constelación de milicias. López explica a ABC que HTS también ha tenido un enfoque contra la influencia de Irán y contra los actores vinculados al Eje de la Resistencia. Un pasado en contra de los infieles del islam marca, y más en el caso de los sectores de un sunismo más radical (que son la facción musulmana que se caracteriza por venerar todos los profetas mencionados en el Corán, particularmente a Mahoma). También marca a los kurdos, que han buscado su propio Estado en la zona nororiental. Las tierras históricas kurdas están ahora divididas entre Turquía, Irán, Irak y Siria, y sus combatientes lucharon contra Assad, al tiempo que tienen el rechazo de Turquía.

«Esa convivencia ha sido difícil, pero se lograba de alguna manera. A partir de ahora parece que va a ser mucho más difícil, teniendo en cuenta que pasamos a un régimen claramente confesional», indica López. Antes había un Estado aconfesional, que en la práctica actuaba como un Estado multiconfesional, haciendo propias todas las confesiones, y eso no es materia menor para los expertos.

Siria está inmersa en la renovación de sus estructuras profundas. Pablo Sapag Muñoz de la Peña, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y autor de la obra 'Siria en perspectiva', señala que hay dos variables cruciales: la social-religiosa, en relación al Estado, y luego está la cuestión territorial. Eso tiene que ver con la fragmentación del territorio y cómo se va a organizar, que tendrá consecuencias en la gestión económica.

«Siria había sido hasta el momento un Estado unitario con un mercado único. Ahora, si surgen varias regiones con sus grupos, si alguien quiere trigo para otra zona de Siria, seguramente va a tener que pagar derechos arancelarios», señala Sapag. Por tanto, el factor económico será determinante, «en una sociedad en la que el 95% de la población está bajo el umbral de la pobreza y el 40% está desnutrido. Eso permite que muchos países que no han intervenido en este cambio de régimen, puedan tener peso en la futura Siria, y al grupo que se rebele pueden cortarle el grifo. En suma, la población no está en condiciones de decir quiero autodeterminarme de esta manera», afirma.

Como apunta Sapag, en realidad estos grupos rebeldes deciden más bien poco en último término. Responden a una serie de intereses de potencias extranjeras. Tenemos a Rusia, Turquía, EE.UU., Israel, Irán o las monarquías del Golfo. A China solo le interesaba salvaguardar su Ruta de la Seda. Mientras varios países europeos como Alemania, Francia, Austria, Italia o Países Bajos ya se han apresurado a congelar las peticiones de asilo por parte de ciudadanos sirios, con lo cual tienen también tienen influencia sobre Siria.

De hecho, Sapag detalla que el nombre del líder de HTS, Jolani significa Golán en árabe. «Él asume ese nombre para dar a entender que la liberación del Golán de Israel sería una prioridad. Pero justo cuando entró en Damasco, el Golán en la parte siria aún no ocupada pasaba a estarlo por Israel. Quizá por eso ahora ha vuelto a usar su nombre oficial, lo que podría entenderse como un gesto muy significativo», señala Sapag.

«No nos equivoquemos asignando un poder de decisión excesivo a gente que no tiene la última palabra», sentencia Sapag. Los rebeldes tienen muchas servidumbres, porque fue el apoyo externo lo que les permitió mover ficha. «Los sirios podrán decidir sobre algunas cosas, pero las actuales partes en las que está fragmentada Siria tienen a un actor internacional detrás», afirma. Eso hace que haya que fijarse más en la política internacional más que en las cosas que ocurren internamente. Las potencias funcionan de acuerdo a sus intereses, no a sentimientos. En cambio, la propaganda que nos llega, sin embargo, funciona al revés, mueve las emociones de cara a la galería.

López explica que se está empleando la 'bandera de la revolución' siria, que es verde, blanca y negra con tres estrellas rojas en el centro. La otra es una bandera blanca con el juramento musulmán de fe transcrito en negro que recuerda a la bandera usada por los talibanes, que fue reinstaurada en Afganistán cuando el grupo islamista retomó el control del país en 2021. Esta ha aparecido en una comparecencia del jefe del gobierno de transición, Mohamed al Bashir. Eso demuestra para López que hay una clara intención confesional de un islam político bajo la vertiente islamista de HTS.

Al mismo tiempo, se están produciendo ejecuciones y todo tipo de violaciones de los derechos humanos contra población kurda por parte de los grupos proturcos y contra población alauita, que había mostrado más apoyo en el pasado a Bashar al Assad (los alauitas deifican a Ali, el primo y yerno del profeta Mahoma).

Mientras que el profesor Sapag señala que la bandera de las tres estrellas que se exhibe ahora es la que se estableció cuando Francia ocupaba Siria y a la que había impuesto un régimen cantonalizado en tres pseudoestados: Damasco, Aleppo y Deir er Zhur. Los colores, por otra parte, habían sido elegidos por el político y diplomático británico Mark Sykes en 1916, cuando alentó a favor de los intereses de Londres una revuelta árabe contra el Imperio Turco Otomano. Todo ello en el marco de los acuerdos secretos que suscribió con el francés Francois Georges-Picot de partición y reparto de la Siria histórica. Sapag conoce lo valiosos que son los símbolos al impartir la asignatura de Propaganda. Se pueden interpretar como una declaración de intenciones.

Los medios han hablado de mirar a lo que ha pasado en Libia, Afganistán o la propia Idlib, que es una ciudad de Siria que está gobernada en parte por HTS. Sin embargo, López dice que ningún escenario es comparable. Se puede hablar de elementos concretos que sí que recuerdan a Afganistán, pero al final es un escenario diferente. «Se cita el caso de Libia por el hecho de que recuerda mucho a cómo en las primaveras árabes Occidente promovió el derrocamiento y caída de Muamar el Gadafi. Con el discurso de llevar la democracia, pero después no había un plan para consolidar las instituciones. No se tuvo en cuenta cómo funcionaba por dentro a la hora de crear un nuevo régimen», afirma López.

Pasó lo mismo en Irak. «Eso implicó en ambos casos guerras civiles y un control paramilitar significativo por parte del país por ser incapaces las facciones de llegar a acuerdos políticos. Y es algo que se teme que pueda ocurrir en Siria, y a mí además me parece plausible que pueda pasar», establece López.

En cuanto a Idlib, Sapag señala que Jolani controlaba menos de la mitad de la provincia. Por lo tanto, no puede ser espejo de nada. «Eso ha sido una especie de cantón y la población que vivía ahí no era oriunda de esa zona, sino que era la gente que cuando se llegaban a acuerdos de pacificación en otros lugares, y no querían rendir sus armas, para evitar la prolongación del conflicto se iban a vivir allí. En ese sentido, ideológicamente, tenían todos más o menos la misma vocación, eran casi todos islamistas», indica Sapag. Esto es distinto al cuadro completo de Siria.

Guerrero nos detalla que a los rebeldes les falta una parte importante del país por controlar es la que está bajo el control de los kurdos apoyados por Estados Unidos. Esto es relevante porque ahí están los principales recursos petrolíferos. Y está por ver cómo va a ser la integración de los kurdos a esta nueva Siria. Si queda desligada del resto del país o si va a haber una incorporación violenta o pactada de esta zona. Y en esto EE.UU. liderado por Trump tiene su contrapeso.

«No resulta muy alentador para los kurdos las declaraciones reiteradas de Trump diciendo que quiere retirar las tropas perdiendo. Perderían a su principal valedor, que les ha ayudado desde el aire y con armas. Les quita a los kurdos capacidad para negociar», afirma Guerrero. Porque los kurdos como mínimo exigirán una gran autonomía, como la que gozan en el norte de Irak, con el Kurdán, que han creado ahí una región autónoma. Su obstáculo es la línea roja de Turquía en Siria, quiere evitar que los kurdos creen una zona independiente. «Lo más probable es que la guerra todavía no haya terminado y sigan los conflictos con los kurdos sobre todo, porque son los que mantienen un control territorial más amplio de entre todas las facciones», sostiene el director de 'Descifrando la guerra'.

López destaca que esa respuesta depende de para quién. Una guerra civil es un riesgo. Desde el punto de vista de la estabilidad el peor escenario sería que los proturcos, el Ejército Nacional Sirio (una coalición creada en 2017 con el apoyo de Turquía) regrese a los enfrentamientos que ya tuvieron hace meses con HTS. Y además, que vuelva la limpieza étnica que querían promover en el Kurdistán sirio, porque son los grupos más cercanos a Turquía los que generan a los turcos mayor suspicacia con que puedan consolidar un Estado propio.

«También podría ocurrir que Israel avance de manera más significativa en el control del sur de Siria y forme una zona de amortiguación que vaya más allá de la fronteriza en los Altos del Golán. Otro escenario es que Rusia que tiene presencia militar en el país, y Estados Unidos se vieran ambos involucrados en combates o en disputas con algún grupo paramilitar. Estos me parecen escenarios ahora mismo poco probables, pero hay que tenerlos en mente», señala López.

En esos escenarios, un tema recurrente en la prensa es el de las armas químicas de Siria, que se decía que era el mayor arsenal del mundo. Incluye gas sarín, un agente nervioso altamente tóxico que interrumpe las señales entre las neuronas y los músculos. Si bien gran parte fue destruido tras un acuerdo en 2013, algunos creen que aún existen restos y se preguntan por el destino que correrán en las manos equivocadas.

Para el profesor de la Universidad Pontificia de Comillas, es llamativo que estemos hablando del arsenal de armas químicas en Siria cuando supuestamente Bashar al Assad lo desmanteló. Eso significaría que mintió y señala que Israel ha estado llevando a cabo unos ataques aéreos sobre Siria que son los más intensos desde la guerra del Yom Kippur, en 1973. «Varios de los objetivos de estos bombarderos israelíes son precisamente los centros, los institutos y los depósitos asociados con este programa de armas químicas de Siria. Es por ello por lo que estos bombarderos han recibido la bendición de Estados Unidos. No sé hasta qué punto la inteligencia israelí tiene más información sobre este material», afirma Guerrero.

Para Sapag este tema no tiene demasiado asidero. «Si existieran tantas de estas armas, ni mucho menos Israel podría estar bombardeando todos los cuarteles militares en Siria como lo está haciendo. Si ese armamento entra en contacto con un misil que impacta una base, se produciría una catástrofe de proporciones mayúsculas», afirma, y añade que parece más una campaña de distracción. Más aún teniendo en cuenta que la OPAC hace años certificó la entrega y destrucción de esas armas en una operación supervisada por EE.UU., Rusia y otros países.

Los expertos coinciden en decir que ha sido de forma abrumadora la Turquía de Erdogan. «Ha estado patrocinando a grupos islamistas, a los Hermanos Musulmanes en Siria, en Egipto, a facciones en Libia, muchas veces de la mano de Qatar. Y esto no es muy alentador, porque Turquía se encuentra ahora mismo en una deriva autoritaria y de islamización de la sociedad y de las instituciones», afirma.

Los grupos cercanos a Turquía pueden tener influencia en prácticamente todo el país al oeste del Éufrates, consiguiendo un control territorial como nadie. En segundo lugar, para Sapag, Turquía gana porque podrá negociar directamente con Estados Unidos sobre la cuestión de los kurdos, sin mediación ni de Rusia, Irán o Siria.

La tercera ganancia ya la ha conseguido Turquía el mismo 28 de noviembre, porque empezó a alentar a los desplazados sirios que tiene para que volvieran a Siria. Advirtiéndoles que si después retornaban a tierras turcas no podría hacerlo en régimen de asilado. Es decir, hay una confluencia de ganancias que son estrictamente materiales, que tienen que ver con la seguridad, y otras que son ideológicas y que forman parte del proyecto islamista y neotomano de Erdogan.

Mientras que Irán está de capa caída. Para Guerrero, mirada retrospectivamente «la masacre del 7 de octubre del año pasado fue un error de cálculo de Hamás que se ha cobrado el gobierno de Assad en Siria y la hegemonía que buscaba Irán en Oriente Medio«. Guerrero detalla que fue un punto de inflexión en Oriente Próximo, y la respuesta decidida de Israel para destruir completamente a Hamás y Hizboláha sido uno de los factores que ha allanado el camino para que los rebeldes en Siria hayan sido capaces de llevar a cabo su ofensiva.

La dictadura de Assad sobrevivía gracias a dos muletas, una era Irán, la otra era Rusia y ambas estaban rotas. «Creo que asistimos a un momento de marea baja para las ambiciones hegemónicas de Irán en la región y de su proyecto del Eje de la Resistencia, que hubiese unido en un corredor terrestre Irán con el Mediterráneo a través de Irak, Siria y Líbano», dice Guerrero. Para López es sobre todo una pérdida a nivel logístico por la falta de conexión con Líbano y con Hizbolá. «Además, la relación de Irán con Bashar al-Assad ya no era la misma desde hace años. Siria ya se había diversificado y buscado un acuerdo con ciertos sectores árabes», indica. De ahí que prefiera hablar de una pérdida relativa en este caso.

Israel, en cambio, gana terreno. Esta llevando una campaña de bombardeos sobre Siria y sus instalaciones militares. Y con la caída del régimen de Bashar al Assad sus tropas pasaron la valla de separación en los Altos del Golán, y se adentraron en el sur de Siria. Para Sapag esto es un cambio geopolítico de enormes dimensiones. «Por primera vez desde el año 1967, Israel ha invadido Siria directamente. Y ha anunciado que eso supone que Siria no podrá suponer ningún tipo de amenaza para el Estado de Israel durante por lo menos 100 años», señala. Al tiempo que Netanyahu ha aprobado un proyecto para duplicar la población de los Altos del Golán.

Sin embargo, la idea de perdedor o ganador es discutible, según lo que se sopese, ya que López detalla que más bien Israel se ha visto perjudicado. Porque antes con Bashar al Assad no tenían una buena relación, y la oferta o acercamiento que podían dar los países árabes o Estados Unidos para que se alejara de la órbita iraní podía servir para los intereses de Israel. Pero ahora, «con un gobierno islamista que ha simpatizado con Hamás, que también es islamista, Israel ve más comprometidos sus intereses. Y parece que ha lanzado esta invasión en el sur con intención de presionar al nuevo gobierno y que se respeten los intereses israelíes», dice López. La cuestión estará en si se va a dar una radicalización en Siria o si por el pragmatismo y la legitimación internacional, van a tolerar a Israel.

En este tablero, Rusia ha sido el principal valedor del régimen de los Assad en este medio siglo de dictadura. Y el que Rusia dejase caer un aliado así, para Sapag habla muy mal de Putin. «Pero hay que entender que Rusia es una gran potencia con dimensión global y, por tanto, prioriza sus intereses estratégicos que están en el conflicto de Ucrania. Y seguramente eso explica por qué Rusia ha vendido a la República Árabe Siria de esta manera», afirma.

A Guerrero le resulta muy llamativo que los rebeldes cuando tomaron Damasco saquearan la embajada iraní, pero la rusa fuera respetada. Y luego, los rebeldes, cuando han llegado a Latakia o Tartus han respetado las instalaciones militares rusas. «¿Qué indica esto? Antes de que cayera Assad, Rusia ya estaba negociando con los rebeldes. Y el Kremlin ha mostrado su intención de mantener las bases militares en el país«, dice Guerrero. Eso es muy sorprendente porque Rusia tan solo unos días atrás había estado bombardeando a los rebeldes. Se referían a ellos como una amenaza para la humanidad, y ahora, han dejado de serlo con tal de mantener su presencia militar en el país.

La base naval de Tartus y el aeródromo de Jmeimim de Rusia en Siria han sido centros clave para apoyar sus campañas en todo el continente africano. El experto en Rusia Mark Galeotti aseguró a 'Al Jazeera' que Siria proporciona a Moscú una plataforma de operaciones vital, que le permite eludir las restricciones de Turquía. «Sin la base rusa en Tartus, la única manera de proyectar poder naval en el Mediterráneo es a través del Báltico, lo que no es ideal. Asimismo, sin la base aérea de Jmeimim, proporcionar apoyo aéreo a las operaciones en África también dependería de la buena voluntad de Turquía, algo que es poco probable que le caiga bien al Kremlin», añadió. Por tanto, perderlas tal como señalan medios rusos sería un doble golpe para Moscú, operativo y a su imagen.

Para Sapag, lo de las bases va a depender de si se desata o no una guerra civil en las provincias costeras de Siria, Latakia y Tartus, donde hay una nutrida población de la confesión alauita, que era a la que pertenecía Bashar al Assad. «Si se demuestra fehacientemente que el propio Bashar al Assad pactó esa salida o no, entonces puede haber un sentimiento de traición y de abandono, en un contexto en el que la población de esas dos regiones es la que proporcionalmente más muertos ha sufrido en los últimos 13 años. Por lo tanto, la gente se podría revolver en contra, y peligrarían las bases de los valedores de Assad», señala Sapag.

No obstante, estos reveses en Rusia también dependen de lo que pase con el gobierno de Donald Trump. Guerrero considera que el magnate tiene una visión muy limitada del papel de Estados Unidos en Oriente Próximo cuando dice que no tiene interés en Siria y que quiere marcharse. «Si eso se materializa, Rusia e Irán estarán encantadas de que eso ocurra. Creo que es un error, porque con un despliegue de apenas unos cientos de soldados y con una inversión financiera mínima, es capaz de controlar casi un tercio de Siria, y sostener un gobierno kurdo en el este del país».

Asimismo, Trump quiere que se cierren varios conflictos armados en la zona para marcharse a confrontar a China. Y en su relación con el primer ministro israelí podría, a lo mejor, darle luz verde para haga lo que considere que tiene que hacer, sin oposición estadounidense. Pero que lo haga ya y que no haya un conflicto de largo recorrido.

Sapag, por su parte, indica que a Joe Biden le ha venido bien esta jugada en Siria, porque «le ha permitido de alguna manera reivindicar en sus últimos días como presidente sus muy poco efectivas políticas exteriores». Y a su vez, Trump va a empezar su segundo mandato presentándose como un ganador nato. Porque ha neutralizado Irán, por el momento, con el golpe en Siria y las acciones de Israel, y va a cerrar el capítulo de Ucrania con Rusia.

Mientras, los gobernantes de Europa han visto este conflicto sobre todo desde el prisma de las oleadas migratorias y de refugiados. Eso es algo que, según recalca López, los partidos de extrema derecha habían estado explotando sobre todo en países como Alemania con gran cantidad de refugiados. «Europa está interesada en la estabilidad en la zona por este tema, pero el viejo continente no debería limitarse a mantener, en general, una actitud pasiva», dice Guerrero.

Refugiados sirios en Europa

Datos de 2024

Refugiados

Peticiones de asilo

Turquía

Total

3.112.683

69,42%

Total

4.483.819

13,15%

17,42%

Resto

de Europa

Alemania

781.232

589.904

716.728

522.834

64.504

67.070

Total

Austria

112.926

Suecia

87.702

P. Bajos

78.699

Grecia

54.542

Francia

45.638

Bulgaria

33.630

Chipre

29.133

R. Unido

23.089

Bélgica

22.879

Suiza

20.749

España

18.387

Noruega

17.236

Dinamarca

16.554

Otros

28.740

Fuente: ACNUR

ABC

Refugiados sirios en Europa

Datos de 2024

Refugiados

Peticiones de asilo

Alemania

781.232

716.728

64.504

17,4%

Total

4.483.819

Turquía

69,4%

Total 3.112.683

13,2%

Resto de Europa

589.904

522.834

67.070

Total

Austria

112.926 (97.939 / 14.987)

Suecia

87.702 (86.956 / 746)

Países Bajos

78.699 (65.622 / 13.077)

Grecia

54.542 (50.759 / 3.783)

Francia

45.638 (44.757 / 881)

Bulgaria

33.630 (31.004 / 2.626)

Chipre

29.133 (14.830 / 14.303)

Reino Unido

23.089 (17.398 / 5.691)

Bélgica

22.879 (18.669 / 4.210)

Suiza

20.749 (20.305 / 444)

España

18.387 (16.219 / 1.580)

Noruega

17.236 (15.873 / 1.363)

Dinamarca

16.554 (16.219 / 335)

Otros

28.740 (25.696 / 3.044)

Fuente: ACNUR

ABC

Un nuevo conflicto podría generar masacres o violaciones de derechos humanos y otro éxodo de refugiados. Al final, «no necesariamente la caída de Bashar al Assad supone que acabe el conflicto, ni era él el único problema que había para la pacificación del país«, describe Guerrero. Quedan cabos sueltos como qué va a pasar con la producción masiva y lucrativa que hacía la familia Asad de la droga captagon.

Por tanto, una responsabilidad de Europa es entender para saber lo que está en juego. Y eso empieza por hacer las preguntas adecuadas cuando hablamos del futuro de Siria. «Porque las relaciones internacionales se dan entre Estados, no entre Estados y deseos», sentencia Sapag.