Xiomara, una primera dama «retenida»
Xiomara Castro está cada vez más cerca de su marido, el presidente depuesto Manuel Zelaya. Pero el anhelado reencuentro del matrimonio no acaba de realizarse. La primera dama de Honduras salió el viernes de Tegucigalpa acompañada por la familia casi al completo. Pero no pudo ... llegar hasta El Paraíso. Se quedó varada en la localidad de El Arenal, a una hora de viaje de la frontera.
El gobierno de facto de Roberto Micheletti desplegó numerosos retenes militares en todo el país para que los seguidores zelayistas no pudieran llegar a su destino. Y los militares no hicieron distinción con Xiomara. «Me dijeron que si quería me daban escolta hasta Choluteca pero yo no voy allá, yo voy a Las Manos y allá no me dejan pasar para ver a mi esposo», comentó la primera dama a ABC en conversación telefónica.
Xiomara estuvo en la clandestinidad diez días después del golpe de Estado que derrocó a Zelaya, refugiada casi todo el tiempo en la embajada de EE.UU. en Tegucigalpa. Luego salió a la luz pública y desde entonces ha encabezado varias manifestaciones.
«Nos tienen retenidos; yo lo único que estoy pidiendo es que me dejen ver a mi esposo, y que el general Romeo Vásquez deponga su actitud y permita que el presidente constitucional del país retorne a su cargo», señaló.
A Xiomara la acompañan tres de sus hijos, su madre y su suegra, doña Hortensia de Zelaya, que no ha querido perderse el reencuentro con su hijo. El viernes pudieron pernoctar en una localidad cercana a El Arenal gracias a la solidaridad de los pobladores de la zona, que les cedieron una casa donde alojarse.
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