«Libia puede convertirse en una Somalia con petróleo»
Lisa Anderson es presidenta de la Universidad Americana de El Cairo
BORJA BERGARECHE
Responsable de la prestigiosa Universidad Americana de El Cairo desde septiembre de 2008, Lisa Anderson es una de las politólogas que mejor conoce el norte de África. Es autora de «La transformación social y estatal en Túnez y Libia de 1830 a 1980» (1986) y « ... Orígenes del nacionalismo árabe» (1991).
—¿Quién es quién en Libia?
—Todo se organiza en torno a redes de parentescos. En los últimos 20 años, el régimen había construido una complicada estructura de diferentes fuerzas armadas superpuestas (militares, milicias revolucionarias, policías, policía privada...), todas ellas definidas y estructuradas en torno a lazos familiares o tribales. Paradójicamente, estos grupos llamados a ser el sostén del régimen se están diluyendo rápidamente. Gadafi está solo con su familia y sus aliados más adictos.
—¿Existe un Estado libio?
—No. Gadafi siempre quiso dirigir una revolución, no un país. Él tiene razón en hablar siempre en términos revolucionarios, con sus asambleas, sus comités. Siempre ha querido vivir en una revolución permanente. El problema es que en el siglo XXI ninguna población puede vivir sin algún tipo de burocracia, nadie puede vivir en una revolución permanente.
—¿Hay algún tipo de burocracia?
—Solo la del petróleo. La única organización administrativa que ha funcionado ha sido la de las compañías petroleras, porque era la fuente de ingresos que sostenía el régimen, claro.
—¿Está en sus manos cortar el suministro, como amenaza?
—Si les pide cerrar los pozos, lo harán, pero le contestarán: Esto es la muerte de tu régimen. Pero es que quizás es lo que él quiere…
—¿Existe riesgo de partición del país?
—Sí. La región de Cirenaica nunca se adhirió de forma voluntaria a Libia, fueron obligados por los italianos porque los británicos no querían que se convirtieran en un país independiente. En esta zona, que rápidamente ha quedado en manos de la oposición en estos días, siempre ha existido un sentimiento secesionista.
—¿La salida es un golpe militar?
—No se me ocurre otra solución, que los restos del régimen y los más reformistas aseguren un periodo de transición, pero tampoco estoy segura de que un gobierno militar vaya a funcionar. Va a desatarse un gigantesco ajuste de cuentas. En cuanto repartan armas, mucha gente va a ir a buscar a la policía secreta, a las milicias, van a saldar deudas.
—Una deriva a la somalí…
—Sí, Libia puede convertirse en una Somalia con petróleo. Los ingresos de la energía permitirían al régimen resistir en la capital mientras el resto del país se sume en el caos.
—Salvo que Gadafi lo deje…
—No lo hará.
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