Los griegos, entre el enfado y la razón
Unos sondeos muy ajustados apuntan a que los indecisos y la abstención serán claves de estas elecciones
Los griegos, entre el enfado y la razón
El electorado griego se prepara para votar mañana entre las siete de la mañana y de la tarde.
Serán los indecisos y quienes se abstengan de votar quienes decidirán el futuro del país a partir de la semana que viene. Se pasará de un sistema ... fundamentalmente bipartidista (derecha o izquierda, conservadores o socialistas) a un parlamento fragmentado con más partidos pequeños y de ideología un tanto nebulosa.
«¿Quien garantizará el mes de junio los sueldos y las pensiones de los griegos?»
Esta es la pregunta que utiliza el líder socialista, Evánguelos Venizelos, para recordar a los griegos, y sobre todo a la izquierda, que sin reformas y sin programa no habrá estabilidad y liquidez para los sueldos y las pensiones, para el funcionamiento de los hospitales, para la importación de materias primas, para todo. Y lo ha dejado claro en su última intervención ayer en la ateniense plaza Syntagma: «La crisis es la guerra. Necesitamos un general con capacidad para ganar las batallas». El miedo de los socialistas es que los electores indecisos (que podrían llegar hasta el 25% de los votantes) se vayan hacia los radicales, partido «que juega con el fuego» dice Venizelos, y que «está profundamente dividido entre el euro y la dracma».Y en el partido PASOK se espera que aunque sea en él último minuto muchos socialistas voten finalmente con la cabeza y no con su enfado.
Pero Státhis, un votante fiel a todos los politicos de la familia Papandreu (tres: el viejo Yorgos, Andreas el fundador del PASOK y Yorgos el nieto, presidente hasta hace unos meses y primer ministro) está descontento. Considera que todo lo ocurrido es una traición al pueblo griego y a su persona e insiste en que votará otro partido de la izquierda «para que se enteren, para que se esmeren mas». Voto de castigo. Quiere que Grecia siga en la zona euro pero no quiere mas sacrificios.
«Yo no voto. No sirve para nada, todo está decidido de antemano»
Yorgos por su parte, que trabaja muchas horas por las noches en un ciber-café de Atenas con un sueldo de 540 euros al mes, lo tiene decidido. Tiene 29 años y es profundamente pesimista. «No pienso ir a votar. No sirve de nada, está todo decidido ya de antemano. Los políticos sirven al sistema, el sistema a los políticos, y ellos ya han decidido que harán a partir del lunes». En las elecciones de Octubre del 2009, votaron el 70,92 por ciento de los electores (exactamente 7.044.479 de los casi diez millones inscritos) y en las elecciones locales del 2010, el 60. Se espera que en estas elecciones la abstención pudiera ser mayor que en el 2009, ya que, como consecuencia de la crisis y del enfado general, muchos no se molestarán ni gastarán dinero para ir a votar a sus provincias o islas.
Otro Yorgos (es un nombre muy popular en Grecia) no votará pero vé las cosas de otra manera. «No me representa nadie, no voy a dar mi voto a nadie. De los que podrían representarme -conservadores y socialistas- no me fío, porque he visto lo que han dicho y luego lo que han hecho. Los demás, sobre todo los más extremistas, no los quiero ni escuchar». Tiene 24 años y después de estudiar la carrera de matemáticas en Inglaterra trabaja en la compañía de su familia que se dedica a crear y decorar todo tipo de tiendas. «Desde hace dos años, cuando empezamos a tener problemas con los pagos, solo aceptamos en Grecia dinero en metálico y pocos cheques. Nos mantenemos porque tenemos trabajo en el extranjero y en las provincias, en Atenas menos. Se acabó la época de la tienda familiar y el dueño pagando a tocateja. Ahora hay encargos más grandes o muchos pequeños, como reformas. Conseguimos que nos vayan pagando». A la pregunta de si cree que con la refinanciación anunciada (con dinero europeo) de los cuatro mayores bancos griegos la situación mejoraría, Yorgos afirma que sí. «Los bancos no tienen ahora liquidez. Cuando nos hacen un pago importante desde el extranjero, el banco nos retrasa la entrega varios días, porque lo necesita para su propia liquidez. Si se refinancian los bancos, habrá mas dinero en el mercado». Lo deja bien claro: «Sobrevivimos y nos va bien porque trabajamos duro, trabajamos con metálico y hemos bajado los precios. Pero aún nos debe dinero mucha gente».
«Solo abandonar el capitalismo nos salvará»
Los comunistas griegos son una rareza política. Siguen siendo marxistas leninistas, siguen creyendo en la destrucción de los monopolios y en la culpa de los capitalistas. El Partido Comunista Griego, conocido por sus iniciales KKE quiere más dinero para los trabajadores en sueldos y pensiones, en subsidios para el desempleo, y además, quiere que bajen los impuestos y desaparezca el IVA en productos básicos. Angelikí, que reparte los cupones para financiarse que vende el partido a la puerta del metro de la estación de Omonia, en el centro de Atenas, me quiere vender también su periódico, «Rizospasti» (con una tirada cercana a los 6.000 ejemplares). «No formaremos coalición con nadie. Pero conseguiremos más votos, ya verás». En el 2009 el KKE obtuvo un 7,5 por ciento de los votos y 21 diputados. Ahora los sondeos hablan de un 10 o un 11 por ciento .
«Grecia nunca ha tenido una coalición de izquierda. El lunes la tendrá»
Alexia es una «chica de Tsípras», el carismático líder de los radicales (SIRIZA) que es un guaperas y el más joven de todos los presidentes de partido. Está terminando la carrera de ingeniero, vive con sus padres, ha reducido sus gastos porque su padre se ha prejubilado y a su madre le han reducido el horario laboral.
«Hasta ahora nunca ha habido una coalición de izquierdas. Pero Alexis lo conseguirá, hay otra forma de ver las cosas, no solo con el memorando -las medidas de reformas y recortes dictadas por los acreedores de Grecia-». Fuera el memorando dice SIRIZA, se vuelven a negociar los préstamos, vuelven a subir los sueldos y pensiones. ¿Pero cómo se hará?, le pregunto. Alexia se enfada: «Lo mismo dice mi padre, que vota a la derechona (por Nueva Democracia)». No sabe tampoco con qué partidos se hará la coalición, porque aunque Tsípras ha dicho que hasta con Kaménos (Griegos Independientes) podría formar coalición, no le salen los números sin los comunistas y tampoco el partido de la Izquierda Democrática se ha pronunciado. El partido consiguió un 4,70 por ciento y 13 diputados en el 2009 y ahora los sondeos hablan de entre el 11 y el 13 por ciento.
«Grecia sólo se salva con estabilidad y con inversiones»
Su padre, Vasílis, votará Nueva Democracia. Como siempre. Gracias a ese partido entró como funcionario en un ministerio y se ha prejubilado cuando vio que si seguía trabajando su sueldo sería menor que su jubilación actual. Le han recortado, como a todos, hasta el 30 por ciento. Pero ahora tiene más tiempo para ocuparse de sus olivos en el pueblo y toda la familia se ha apretado el cinturón. «Yo no traiciono a Nueva Democracia. Samarás (su líder) ha conseguido negociar detalles del memorando, algo que los socialistas no fueron capaces de hacer. Y quiere estabilidad para atraer inversiones, crear puestos de trabajo y que los chicos no se vayan al extranjero». Ya sabe que vendrán días complicados y que posiblemente habrá nuevas elecciones dentro de poco. «Pero empezaremos a salir del túnel, ya verás». Samarás ha terminado su campaña insistiendo en la necesidad de tener estabilidad frente a no tener gobierno. «Estoy seguro de que todos eligirán lo mejor para la patria», dijo. Y Vasilis está de acuerdo.
Nueva Democracia se vio derrotada en el 2009 obteniendo sólo el 33,48 por ciento de los votos y 61 diputados. Ahora oscila en los sondeos entre el 23 y el 28 por ciento y el sueño es superar el 30.
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