La sangrienta historia real de anarquía y reyes enfrentados en la que se basa la nueva serie de Juego de Tronos
Como ha reconocido el propio autor de las novelas, el acontecimiento histórico en el que se inspira es el episodio conocido como la Anarquía (1135-1153), cuando la dinastía de los reyes de Normandía vivió una turbulenta sucesión
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Iniciar sesiónGeorge R.R. Martin, escritor de la saga 'Canción de hielo y fuego', ha cimentado su universo fantástico usando historias y elementos reales que van desde el fuego griego (fuego valyrio, en la ficción), pasando por el muro de Adriano (el Muro, en el ... Norte), hasta la evidente vinculación entre los Borgia y los Lannister. No en vano, el mayor foco de inspiración para el autor estadounidense es la historia medieval de las Islas británicas. El arranque de la televisiva 'Juego de tronos' fue un calco de la guerra de sucesión entre los York (los Stark) y los Lancaster (los Lannister) tras la ausencia y extinción de los Plantagenet (los Targaryen).
Con la Casa del Dragón, la nueva serie de la saga, la inspiración histórica también señala directamente a la historia británica. Los relatos denominados en la ficción como 'Danza de los Dragones' narran la guerra civil librada entre dos ramas de los Targaryen, la que representa Rhaenyra contra la que lidera su hermanastro menor Aegon, tras la muerte del padre de ambos, el rey Viserys I. Este conflicto está condenado a resolverse de la forma más sangrienta y a dejar como rey o reina al último ser humano en sobrevivir al fuego de los dragones.
Un naufragio que lo cambió todo
Como ha reconocido el propio autor de las novelas, el acontecimiento histórico en el que se inspira es el episodio conocido como la Anarquía (1135-1153), cuando la dinastía de los reyes de Normandía vivió una turbulenta sucesión. Todo comenzó cuando el rey Enrique I, hijo de Guillermo el Conquistador, perdió a su heredero Guillermo Adelin en 1120 al naufragar su barco en el canal de la Mancha. Solo sobrevivieron dos personas durante un accidente que también afectó a un hijo bastardo del Rey y a importantes miembros de su corte. No así a Esteban de Blois, sobrino del Rey, que sobrevivió a la catástrofe porque decidió ceder su sitio en el barco a su hijo poco antes de la salida. Con la muerte de Guillermo Adelin, Esteban se convirtió en el competidor más fuerte para heredar la Corona.
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Sin dejar tiempo a que la candidatura de su sobrino cobrara más fuerza, Enrique I se volvió a casar rápidamente con una mujer 35 años menor que él, Adela de Lovaina, con la desesperada intención de tener más hijos varones. No pudo ser... Cerca de su muerte, a Enrique no le quedó más opción que nombrar heredera a su hija Matilde, casada con el emperador del Sacro Imperio germánico. Si bien en algunos lugares de Europa se respetaba el derecho de la mujer a reinar por encima de líneas secundarias masculinas, en el trono inglés existían muchas dudas sobre cómo actuar. Dudas que Enrique trató de espantar en su corte obligando a sus aliados a jurar lealtad a su hija, que enviudó de su marido en 1125 y fue desposada con Godofredo V de Anjou.
A la muerte de Enrique I el 1 de diciembre de 1135, una parte de los nobles tardaron un chasquido en revolverse contra la Emperatriz (título que se quedó de manera simbólica) Matilde para apoyar a su primo Esteban de Blois. Los primos se enfrascaron durante dos décadas en un brutal conflicto donde la debilidad de la Corona fue aprovechada por los escoceses para iniciar incursiones desde el norte y por los barones rebeldes para sacar el máximo beneficio personal. Las fuerzas de Matilde incluso capturaron a Esteban en la batalla de Lincoln de 1141, pero el populacho de Londres impidió que fuera declarada Reina. Jamás pudo pasar de ser «señora de los ingleses» (en latín, domina Anglorum).
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Mientras que Matilde controlaba parte del sudoeste de Inglaterra, Esteban fue el dueño del sudeste y de las Tierras Medias. Buena parte del país estaba en manos de señores independientes. Matilde no logró ser coronada en Londres y, en 1148, regresó a Normandía, bajo el control de su esposo, para que fuera su hijo mayor quien esgrimiera sus derechos contra Esteban. Él sí accedió al trono como Enrique II en 1154, primer monarca de Inglaterra de la dinastía Plantagenet. Por el Tratado de Winchester, el Rey Esteban le reconoció como heredero a cambio de la paz y por encima de su propio hijo.
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