Suscríbete a
ABC Cultural

Anatomía de la traición

Muchos espías a lo largo de la historia como Kim Philby u Oleg Penkovski arriesgaron e incluso pagaron con sus vidas por unas convicciones que entraban en contradicción con la lealtad a su patria

Kim Philby, el mando de los servicios secretos británicos que trabajaba para el KGB
Pedro García Cuartango

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Cuando John le Carré se encontró con Kim Philby en un hotel de Moscú en los años 70 se negó a estrecharle la mano: «Yo no quiero saber nada de un traidor que ha sido responsable de la muerte de mis compañeros». ... El escritor inglés había servido en el MI6, el servicio británico de espionaje, y consideraba que Philby había sido desleal a su patria. Pero el doble agente, que había desertado en Beirut y reaparecido en Moscú en enero de 1963, no se consideró nunca un traidor, sino un hombre fiel a sus convicciones. «Mi verdadera patria es la Unión Soviética, para la que siempre he trabajado. No he traicionado a nadie», dijo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia