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Primer título de la temporada para un Barça con el freno de mano echado

JOSÉ MANUEL CUÉLLAR

Estas cosas pasan constantemente. Ya puedes llamarte Barcelona o San Barcelona que ponerte a jugar con un marcador de 3-0 a favor y el segundo partido en casa es harto complicado. Mucho más si a las primeras de cambio llega Melli y mete la pata para dejarle el balón franco nada más ni nada menos que a Eto´o. Para echarle un galgo luego. Le robó la cartera el camerunés al ayer central bético y del 3-0 pasamos al 4-0. Que los espectadores dijesen apaga y vámonos fue lo de menos. Lo de más es que también lo dijo el Barça, que se tiró sobre el césped a darse el partido padre y sudar lo menos posible.

Y el Betis es un equipo serio. Puede presentarse sin Joaquín, Edu u Oliveira, pero la casta es algo inherente a esta camiseta, mucho más si la viste el tal Dani, que es un grano en el trasero de todo defensa que se precie. El canterano levantó la eliminatoria, aprovechó las cantadas de la zaga local (mucho más relajada y permisiva que nunca) y dio un hilo de esperanza a los suyos. Todo eso en cinco minutos, con la rabia sin contener de los sevillanos, carburando a todo gas mientras que el Barcelona sacaba las flores a pasear: regates imposibles de Ronaldinho, carreras contra el mundo de Eto´o, descanso de Deco... Y la zaga a por uvas.

Así que en un «plis plas», una pérdida de balón de Ronaldinho (muy protestada por los azulgrana) y un error de Oleguer, los convirtió Dani en aire fresco para los béticos de forma que ni unos ni otros se creyesen lo que estaba pasando aunque la verdad es que entraba dentro del guión: unos con el cañón del Colorado como margen, y los otros que no se rinden ni en el paso de las Termópilas, que ya es decir.

A la siesta respondió el Barcelona con un ojo despierto y el otro de aquella manera, por lo que el partido se convirtió en una toma y daca directo, bonito, auténtico, de verdadero encuentro oficial y con mucha más carne en el asador por parte de todos.

El Barça decidió en la segunda parte dejarse de tonterías y quedarse en el armario. Rijkaard dejó en el vestuario al ofensivo Belletti y metió a Oleguer en la derecha con Márquez de central junto a Puyol. Resistencia defensiva encubierta por si acaso. El Betis acusó esa mayor consistencia defensiva de un rival que dio ya muy pocas facilidades a la vanguardia visitante, pero también se resintió del esfuerzo físico de la primera parte con el trabajo realizado a principio de temporada. Eso, para el equipo que tiene que remontar se convierte un auténtico Everest.

Especular con el resultado

Con el acelerador a medio gas, el Barcelona, que tiene más calidad, llevaba todas las de ganar. Movieron los azulgrana el balón sin prisa, con calma y dejando pasar los minutos, contemporizando y amenazando siempre con alguna genialidad de Ronaldinho o Eto´o.

En el tramo final del partido fue el Barça el que pudo levantar el encuentro con claras ocasiones de gol (Ronaldinho, Eto´o y Giuly), pero Contreras estuvo acertado siempre para, al menos, conservar la victoria en el partido. La otra, la de la Supercopa, era de los catalantes desde antes del encuentro de ayer.

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