Guisos de Viernes Santo: diez recetas sencillas y tradicionales

Garbanzos con bacalao

Pocos platos tradicionales españoles prescinden de los garbanzos, pero muchos incluyen el bacalao, sobre todo para platos de vigilia, como esta receta de garbanzos con bacalao, un tradicional potaje con el cual podremos entonar el cuerpo en estos fríos días que se avecinan.

Para esta receta debes preparar los ingredientes el día anterior. El bacalao debes desalarlo durante 24 horas, cambiando el agua cada 8 horas, y los garbanzos, ponerlos en remojo la noche anterior. 

Además, ten en cuenta que, al igual que todos los guisos, lo ideal es dejar reposar este potaje durante un día. Así los sabores se asentarán y lo disfrutaremos mucho más. Y no olvides acompañar este delicioso plato con un buen trozo de pan. 

Espinacas con garbanzos

Continuamos con los garbanzos pero, en esta ocasión, van a venir acompañados de unas saludables espinacas. Una receta ideal para cumplir con los mandatos eclesiásticos, aunque el gozo de comer este plato suponga pecar de auténtica lujuria gastronómica. 

Esta receta de espinacas es perfecta para tomar como tapa, debido a su contundencia. Se trata de una receta vegana fabulosa y que se elabora en un abrir y cerrar de ojos. Solo necesitas seguir los pasos que te explicamos a continuación:

Deberemos dejar los garbanzos previamente en remojo el día anterior a la elaboración del potaje. Transcurrido el tiempo de remojo, escúrrelos y resérvalos en agua templada.

A continuación, coceremos los garbanzos en una olla con agua, un buen chorro de aceite de oliva y perejil. Cocer a fuego suave hasta que queden bien tiernos.

En una sartén prepararemos un sofrito con las cebollas, el ajo, el pimentón, el comino y el tomate triturado.

Una vez tengamos el sofrito a punto, incorporaremos las espinacas, previamente escaldadas, y rehogaremos unos minutos.

Añadimos el resultado anterior al puchero de garbanzos y movemos suavemente por las asas para que el sofrito quede bien integrado en el caldo.

Poner a punto de sal y ¡listo! 

Albóndigas de merluza

Como os decíamos, el pescado puede ser el protagonista del Viernes Santo. En esta ocasión vamos a comerlo de una manera diferente: en albóndigas.

Nos decantamos por una merluza, que es de sabor suave y nos aporta numerosos beneficios. Además, suponen una opción ideal si queremos que los más peques de la casa coman pescado. 

Comenzamos limpiando la merluza. Pelamos y picamos el diente de ajo. Trituramos ambas cosas en la picadora. Cocemos la patata y la añadimos a la picadora. Agregamos también el huevo batido, un chorrito de leche, una cucharadita de perejil picado y un poco de pan rallado para espesar.

Hacemos las bolas de las albóndigas y volvemos a rebozar en pan rallado y freímos en aceite caliente.

Buñuelos de bacalao

De nuevo, echamos mano de nuestro pescado fetiche en esta época, el bacalao, para elaborar una de las recetas más tradicionales de nuestros hogares: los buñuelos de bacalao. 

Mezclamos los huevos, la sal y la mantequilla en un bol. Juntamos la levadura con la harina y la incorporamos a la mezcla anterior. Batimos a conciencia hasta obtener una masa consistente, sin que llegue a gotear.

Ahora, picamos la cebolla y el pimiento verde y pochamos el conjunto en una sartén con un poco de aceite de oliva. Una vez pochado, añadimos el bacalao desalado y desmigado. Rehogamos durante dos minutos y escurrimos de aceite y jugos.

En una sartén con abundante aceite de oliva caliente, vamos echando cucharaditas de la masa de bacalao y pimiento verde. Cuando se doren, los retiramos.

Berenjenas rellenas de verduras y gambas

Con esta receta nos salimos un poco de las recetas tradicionales e innovamos. Las berenjenas son una de las verduras más originales porque nos permiten elaborar platos vistosos y deliciosos como éste.

Las vamos a cocinar rellenas de verduras y gambas para finalmente gratinarlas con parmesano rallado. El aspecto que van a presentar estas berenjenas es muy atractivo, sobre todo para los más jóvenes, que suelen disfrutar con este tipo de elaboraciones.

Arroz caldoso con cigala y setas

Las cigalas y las setas combinan de manera deliciosa en este arroz caldoso. Un plato elegante y muy sabroso que puede suponer una maravillosa alternativa culinaria el Viernes Santo. 

Y aunque es cierto que cocinar el arroz tiene sus truquillos, siguiendo estos pasos no tendrás ningún problema. En una cazuela con un poco de aceite doramos las cigalas y las reservamos. Pelamos las cebolletas y los ajos, los picamos y los sofreímos en la misma cazuela hasta que se doren. A continuación, añadimos las setas, limpias y cortadas en dados. Dejamos sofreír el conjunto y añadimos el arroz. 

Añadimos el caldo hirviendo, ponemos a punto de sal, lo dejamos 10 minutos con un hervor suave, le añadimos las cigalas, lo dejamos hervir 5 minutos más y lo retiramos del fuego, dándole 3 minutos de reposo y ¡listo!

Puré de vigilia

Esta receta está especialmente pensada para los días de vigilia, de ahí su nombre. Es un plato súper nutritivo gracias a todas las verduras con las que está elaborado. 

En una olla colocamos agua y le incorporamos las judías y los guisantes previamente limpios. Añadimos también la cebolla y las zanahorias peladas, el perejil, la sal y lo ponemos todo en el fuego a hervir hasta que queden todas las verduras tiernas.

Apartamos del fuego y pasamos por la batidora todos los ingredientes de la olla hasta que quede todo hecho una salsa. A continuación, añadimos las cucharadas de aceite y seguimos batiendo hasta que todos los ingredientes estén bien integrados.

Lubina a la espalda

Vamos ahora con una receta cuyos aromas te transportarán directamente a la costa, pero que supone una alternativa perfecta para días de Cuaresma. 

Se trata además de una elaboración muy sana y sabrosa que podréis disfrutar toda la familia. ¡Y es muy fácil de hacer!

Debes tener la lubina abierta y bien lavada. Embadúrnala en aceite de oliva y sálala.

A continuación, deposítala por la espalda (parte de la piel) en una plancha a fuego vivo o, en su defecto, en una sartén antiadherente.

Cuando observemos que la piel está bien dorada, pasa la lubina a una fuente de horno. Añade a esa fuente vino fino, aceite de oliva y un chorreón de vinagre.

Hornéala durante 10 minutos, o hasta que comprobemos que está en su punto, a baja temperatura.

Por otro lado, saltea en una sartén con aceite de oliva los ajos laminados y la guindilla hasta dorar. Cuando la lubina esté lista, vierte el sofrito anterior por encima de ésta.

Para finalizar el plato, espolvorea por encima del pescado un buen puñado de perejil fresco picado.

Potaje de vigilia

El potaje de Vigilia, también conocido como potaje de Cuaresma, es uno de los platos más representativos en la cocina de la Semana Santa. Esta receta es además una elaboración muy nutritiva y saludable, pues contiene todos los nutrientes esenciales.

Una vez más, los protagonistas van a ser los garbanzos, el bacalao y las espinacas. Pero este plato lo vamos a completar, además, con unos langostinos. 

Y, recuerda, al igual que todo guiso, este potaje resultará mucho más sabroso si lo consumimos al día siguiente de su elaboración. 

Pestiños

Los pestiños son, junto a las torrijas, uno de los platos tradicionales de la época de Cuaresma y de Semana Santa.

Este plato hunde sus raíces en diferentes culturas, siendo así resultado de la mezcla de sabores únicos.

No es de extrañar que este dulce de Semana Santa se haya convertido en uno de los más populares junto con otros como la poleá o los huesos de santo, entre otros. Descubre cómo prepararlos. 

Comenzamos elaborando la masa. En una sartén añadimos 75 ml. de aceite y lo ponemos a calentar. Cuando ya esté caliente, añadimos la piel del limón y la matalahúva.

Dejamos que se cocine el conjunto unos 3 minutos. Luego, retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.

En un recipiente echamos la harina, el vino y el aceite aromatizado con las semillas de matalahúva. Removemos bien y vertemos sobre la encimera. Trabajamos la masa hasta que nos quede una bola compacta y que no se nos pegue en las manos. La dejamos reposar tapada unos 30 minutos.

Con la ayuda de un rodillo, estiramos la masa y la dejamos lo más fina posible. Ahora, cortamos porciones de unos 5 por 5 centímetros. Estiramos bien cada una de estas porciones. Para darle la forma tradicional de los pestiños, doblamos dos esquinas opuestas sobre sí mismas. Con ayuda de una gotita de agua, las pegamos y presionamos para que, al freírlas, no se despeguen.

Ha llegado el momento de la fritura. Calentamos el aceite y los vamos friendo en tandas pequeñas. Cuando estén dorados, los retiramos.

Calentamos la miel y unos 50 gr. de agua. Cuando esta mezcla esté homogénea y caliente, sumergimos en ella los pestiños y dejamos escurrir sobre una rejilla.