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Diez sopas frías de la alta cocina malagueña que merece la pena probar

Carlos Mateos/ María J. Sánchez

Gazpachos, ajoblancos y porras. La cocina popular malagueña siempre se ha aprovechado de las sopas frías como forma de lograr un aporte nutricional al mismo tiempo que mitigar la sed que producen los calores estivales. La sopa fría es el medio genial que la ... tradición ideó para combinar la alimentación y el placer en Málaga y el resto de Andalucía. Al fin y al cabo, gazpachos y ajoblancos no tienen una paternidad bien definida salvo la de los jornaleros y la necesidad que era común a toda la región y la porra y el salmorejo son primos cercanos de sutiles distancias. Sopas humildes que se hacían con lo que había y que, hasta hace bien poco, se mantuvieron escondidas en las casas, cada una con su fórmula, y apenas se veían en la hostelería.

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