El cumpleaños más agridulce de Guillermo de Gales: un príncipe valorado pero triste
El hijo de Carlos III sopla hoy 42 velas en un momento álgido en lo institucional, aunque preocupado por la salud de Kate Middleton
Ahora mismo es una de las figuras monárquicas más apreciadas por el pueblo británico
El tierno gesto de los hijos del Príncipe Guillermo y Kate Middleton por el Día del Padre
Un año puede significar una vida. Probablemente sea algo que se le pase por la cabeza hoy al Príncipe Guillermo cuando sople las 42 velas que trufarán su tarta de celebración. Porque hace solo 12 meses su vida era bien diferente en todos ... los aspectos…
Hace apenas un año, el Príncipe Guillermo vivía una existencia aparentemente tranquila en la que solo había dos cosas que le perturbaban: los golpes dialécticos de su hermano Harry y el zumbido de su presunto affaire con Rose Hanbury, su supuesta amante años atrás. Su máxima obsesión era mejorar su imagen ante el pueblo británico, que mostraba cierto desdén hacia su desempeño monárquico.
Pero en estas llegó el cáncer de su esposa, Kate Middleton, para ponerlo todo patas arriba. Lo anunció en diciembre, dejando en estado de shock a todo un país y a buena parte del planeta, aunque ya llevaba meses conviviendo con él. Y para colmo, su padre también se enfrentaba a otro tumor. Todo cambió para él, y en más de un sentido.
El pueblo británico comenzó a ver de otra manera su figura. Ya no era aquel hombre aparentemente pusilánime que arrastraba en su joroba una presunta infidelidad, sino un abnegado marido que se ocupaba de cuidar a su mujer enferma mientras se esforzaba en mantener la estabilidad de la Corona ante la adversidad de su padre.
De repente, y como también ocurrió con Carlos III y la Reina Camila, su rating de afecto se disparó entre los fans de la monarquía británica. De paso, la amplísima mayoría se posicionaba a su favor en la guerra fría que desde hace años, y hasta décadas, mantiene con su hermano Harry. Pero todo ello, tan valioso, no sirve como tratamiento para el cáncer de su esposa.
El hijo de Lady Di y el favorito de Carlos III
Ciertamente, no ha sido fácil crecer como uno de los niños más populares y escrutados del mundo, como corresponde al primero que tuvieron Carlos III (su favorito) y Diana de Gales, casi más celebridad que reina. El pequeño Guillermo se tuvo que acostumbrar a madurar entre el ruido de los flashes de los paparazzi.
Siempre odió ese sonido seco. Nunca lo disimuló y eso probablemente contribuyó a que su imagen entre la población no fuera la mejor. La prensa a menudo lo dibujó como un ser distante, antipático y a veces hasta desagradable.
Fue en 2001, en la Universidad de St. Andrews, cuando conoció a Kate Middleton y empezó un largo romance que les llevaría al altar el 29 de abril de 2011. Tuvieron tres hijos (George de 10 años, Charlotte de 9 y el pequeño Louis de 6) y el carisma de la mujer contribuyó decisivamente a exportar la imagen de estabilidad y felicidad que siempre añoró Harry.
La mejora de su imagen
Todo esto también contribuyó a mejorar su imagen ante la prensa, que se mostró más benévola con él. Ni siquiera hurgaron demasiado en el presunto affaire con Rose Hanbury, cuando lo normal es que no hubieran soltado esa presa. Y así hasta llegar al momento en el que Kate Middleton pasaba por el quirófano para someterse a una cirugía abdominal que, tras una suerte de disparates del departamento de comunicación de la familia real, desembocaría en el anuncio final del cáncer.
Ahora parece tener clara su relevancia institucional. De hecho, el experto real Richard Eden afirmaba hoy en 'MailOnline' que Guillermo planea «adelgazar aún más la Monarquía cuando asuma el trono». Citando una fuente de Palacio, escribió: «Cuando los miembros mayores de la familia se jubilen, Su Alteza Real no invitará a nadie más a convertirse en miembros de la realeza en activo. Queda por ver si incluso querrá que sus dos hijos menores sean miembros de la realeza que trabajen», ha destacado. Obviamente, ni se le pasa por la cabeza traer de vuelta a Harry.
Más incierto parece su futuro en lo personal. «Tener a Guillermo a mi lado también es una gran fuente de consuelo y tranquilidad», ha dicho la Princesa de Gales, palabras que han servido para reforzar la imagen de Guillermo ante un país que ya está convencido de que será un buen rey en un futuro. Ese es un logro que el Príncipe de Gales ha conquistado no sin esfuerzo. Ahora solo le falta solucionar la parte de Kate para ser dichoso, aunque no está en sus manos, una noticia pésima para un hombre que ha heredado de su padre su afán de perfeccionismo. Por eso celebra un cumpleaños no tan feliz.
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