Tener hijos después de una vasectomia o ligadura de tompas

Tras superar el periodo de duelo que supone una separación dolorosa, muchas personas vuelven a encontrar de nuevo pareja y nace en ellos el deseo de formar una familia y tener hijos. El éxito o no en este nuevo proyecto dependerá de muchos factores, como la edad de ambos miembros de la pareja, sus hábitos de vida, si han tenido descendencia previamente o no… y, sobre todo, de si previamente se habían sometido a algún método de esterilización «permanente», como la ligadura de trompas o la vasectomía.

Según Marian Chávez Guardado, directora médica Amnios In Vitro Project , cada vez son más frecuentes este tipo de casos en las consultas y «afortunadamente, disponemos de tratamientos para intentar salvar estos obstáculos».

En el caso de la ligadura de trompas se ha interrumpido el trayecto de la trompa de Falopio, que es el conducto que comunica al útero con el ovario, y donde, de forma natural, se produciría el encuentro entre el óvulo y el espermatozoide. «Existe la posibilidad de realizar una cirugía para revertir la ligadura, aunque —matiza— la tasa de éxito es muy baja al tratarse de un conducto muy estrecho, y se puede volver a fibrosar y obstruir con bastante facilidad. La mejor forma para lograr el embarazo en estos casos es facilitar el encuentro entre óvulo y espermatozoide en otro lugar: en el laboratorio. Es decir, a través de una fecundación in vitro».

Para llevarla a cabo, la mujer debe realizar un tratamiento de estimulación ovárica de una duración aproximada de 10 días. Posteriormente se programará la extracción de los óvulos. « Una vez extraídos los óvulos serán fecundados en el laboratorio con los espermatozoides de la pareja, y se mantendrán en un incubador durante 2-3 días, transcurridos los cuales se procederá a depositar el embrión en el interior del útero, lo que se conoce como transferencia embrionaria».

¿Y qué ocurre si es el hombre el que se ha hecho una vasectomía? «Este método anticonceptivo consiste en una sección y ligadura de los conductos de tal manera que se interrumpe el paso de los espermatozoides desde los testículos hacia el eyaculado. Existe también —prosigue Marian Chávez— la posibilidad de revertir la vasectomía mediante una cirugía para repermeabilizar estos conductos, pero sucede igual que en el caso de la ligadura tubárica: el porcentaje de éxito es muy variable y, en numerosas ocasiones los conductos se vuelven a obstruir tras la cirugía».

Cuando es así, la opción es realizar una biopsia de testículo para recuperar los espermatozoides directamente de allí. Es una intervención sencilla que se realiza con un poco de anestesia local y sedación. «En el mismo momento, se comprueba la existencia o no de espermatozoides en la muestra extraída. Esto va a depender en gran medida del tiempo que haya transcurrido desde que el varón se sometió a la vasectomía: cuantos más años hayan pasado, mayores serán las probabilidades de que los testículos hayan ido dejando de fabricar espermatozoides, y menores serán las opciones de encontrarlos en la biopsia», asegura esta doctora.

Si se confirma la presencia de espermatozoides en la biopsia, el tejido extraído se congela y la mujer debe realizar un tratamiento de estimulación ovárica como el descrito anteriormente. «Una vez extraídos los óvulos, descongelamos la biopsia y fecundamos los óvulos con los espermatozoides obtenidos , realizando 2-3 días después la transferencia embrionaria. Es decir, se logra que las parejas que en su día optaron por un método anticonceptivo permanente, tengan la opción de crear su nueva familia».