ENTREVISTA
El Sueño de Morfeo: «Pese a las críticas, nunca hemos querido arrojar la toalla»
La banda asturiana se muestra muy optimista antes de la gran final de Eurovisión
JAVIER ESCARTÍN
El tren «eurovisivo» marcha veloz hacia su última parada. Raquel, David y Juan, los tres miembros de El Sueño de Morfeo, ultiman los detalles de su actuación para sorprender a Europa con un tema que conjuga sonido celta, medio tiempo y rock. Una mezcla poderosa ... adornada con una puesta en escena «sencilla» y mágica. La fórmula ilusiona, y tal vez por eso admiten no estar nerviosos por el lugar en el que puedan quedar tras las votaciones de los 39 países que compiten este año en el certamen. Como dice su propia canción, hay que seguir soñando hasta el final.
- Quedan muy pocas horas para la gran final del sábado. ¿Estáis nerviosos? ¿Hay miedo? - Raquel: La verdad es que no estamos nerviosos. Paradójicamente, en estos últimos días es cuando mejor hemos dormido y más descansados nos sentimos.
- Juan: No tenemos ningún miedo. Nosotros tratamos de vivir el presente y disfrutarlo, aunque seguro que en el momento de saltar al escenario vamos a sentir los nervios en el estómago.
- A lo largo de estos seis meses, desde que fuisteis elegidos, se ha hablado mucho de vosotros, y no siempre para bien. ¿Nunca habéis tentido la tentación de arrojar la toalla?
- Raquel: En absoluto. Nosotros siempre nos quedamos con las críticas buenas. Somos muy conscientes de que ser los representantes de un país es algo muy grande y por eso no hemos tenido en ningún momento el deseo de abandonar todo lo que llevábamos trabajado.
- ¿Habéis leído periódicos y webs durante estos días para ver qué decían de vosotros?
- Raquel: No, para nada. Nos gusta estar centrados en disfrutar de esta experiencia y no queremos contaminarnos de opiniones, sean buenas o malas.
- Cuando un grupo consolidado como el vuestro se presenta a Eurovisión, ¿qué espera recibir del certamen?
- Raquel: Llevarte esta experiencia y la oportunidad de compartir escenario con grandes artistas de otros países. Nos encanta ir por la calle y que nos salude gente de todos los lugares de Europa. Aunque también, por supuesto, nos viene muy bien a nivel promocional.
- ¿Tenéis miedo de quedar últimos?
- Raquel: No. No dejamos lugar al miedo, porque si no, no estaríamos disfrutando de este momento.
- David: Nosotros estamos nerviosos por la actuación. Después, viviremos el momento de las puntuaciones con mucho relax. No nos importa mucho lo que ocurra.
- ¿Y miedo de ganar?
- Raquel : Tampoco. Pase lo que pase, estaremos satisfechos si hacemos una bonita actuación.
- David: Aquí en el día a día, Eurovisión no se ve como un concurso. Hay mucho compañerismo entre los distintos representantes y no hay un sentimiento de competencia.
- ¿Vais a echar de menos los puntos de Andorra y Portugal, que este año no participan en el festival?
- David: Todo ayuda, claro. Pero para ganar hay que tener más apoyo que el de los «vecinos».
- ¿Qué esperáis transmitir con la actuación de este sábado al público europeo?
- Juan: Optimismo y energía
- Raquel: Yo creo que cuando vean nuestra actuación pensarán: «¿España? ¿Una gaita?». El inicio les va a sorprender y eso puede jugar en nuestro favor. Tampoco hemos querido ser ostentosos. Queremos recrear un ambiente muy mágico jugando simplemente con las luces del escenario.
- Si TVE os volviera a llamar para acudir a Eurovisión en un futuro, ¿estaríais dispuestos?
- Juan: No lo haríamos, pero por respeto a otros artistas. Queremos que haya relevo, eso siempre es bueno
- Días antes de venir a Malmö fuisteis número 1 en iTunes gracias a vuestro último disco. ¿Creéis que Eurovisión ha tenido algo que ver?
- Raquel: Sí, desde luego. También ha ayudado mucho que sea un disco de duetos con artistas que también tienen muchos seguidores. Pero el «latido» eurofán también ha influido, por supuesto
- ¿Hay vida más allá del festival?
- Raquel: Después del certamen, continuaremos con nuestra gira y en octubre queremos hacer un tour por Latinoamérica. También nos gustaría visitar países europeos gracias al festival. Así que sí, hay mucha vida después de Eurovisión.
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