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Ortega Cano mantiene su inocencia al inicio del juicio por el accidente de tráfico que costó la vida a Carlos Parra
El diestro José Ortega Cano ha insistido en su inocencia al inicio del juicio por el accidente de trafico que en mayo de 2011 costó la vida al vecino de Castilblanco de los Arroyos (Sevilla) Carlos Parra y causó graves lesiones al torero. Ortega Cano ... llegaba poco antes de las 10.00 de la mañana a los juzgados de Sevilla con rostro serio y compungido y no ha hecho declaraciones a los numerosos medios de comunicación que esperaban a la puerta de los juzgados.
Ortega Cano ha estado acompañado por uno de sus hermanos, Eugenio, y su cuñado. Vestido con traje azul oscuro de rayas blancas y camisa celeste, el torero no podía ocultar el mal trago que estaba pasando. A preguntas de la jueza que preside la sala, ha respondido que "no se siente responsable" de los delitos que se le imputan. El diestro se enfrenta a una condena de cuatro años de carcel por un delito de homicidio imprudente en concurso con otros dos contra la seguridad vial, uno por conducción temeraria y otro por consumo de alcohol.
A continuación ha seguido muy atento las explicaciones de su defensa para intentar anular la prueba de alcoholemia, practicada no en el momento del accidente sino ya en el hospital y que establece que Ortega Cano conducía con triple de la cantidad de alcohol permitido en sangre. La fiscalía se ha opuesto a la impugnación de esta prueba al entender que no se han vulnerado sus derechos a analizarse una muestra sanguínea destinada inicialmente a pruebas médicas.
Invadió durante 60 metros el carril contrario
El accidente se produjo el 28 de mayo de 2011 en torno a las 22.00 horas cuando el torero circulaba con su vehículo, un Mercedes R-320, por la carretera A-8002, en dirección a su finca de Yerbabuena, en Castilblanco de los Arroyos, tras dejar a su hija en casa de unos amigos. Al llegar al punto kilométrico 28,150, en un tramo curvo a la derecha y con visibilidad reducida, el torero perdió el control e invadió durante 60 metros el carril contrario, chocando contra otro vehículo.
El brutal impacto causó la muerte casi en el acto de Carlos Parra Castillo, vecino de Castilblanco de los Arroyos. El torero también quedó gravemente herido y permaneció atrapado durante varias horas en el interior del amasijo de hierros en que se convirtió su coche. Según la Guardia Civil, Ortega Cano conducía a 125,2 kilómetros por hora en una vía con la velocidad limitada a 90. Un extremo que ratifican además varios conductores que esa misma tarde se cruzaron con un coche similar al del diestro y alertaron a los servicios coordinados de emergencias de que realizaba maniobras temerarias.
Para el fiscal, esas maniobras arriesgadas se produjeron porque el diestro conducía bajo los efectos del alcohol. Sin embargo, la defensa del diestro niega ambos extremos. En su propio informe pericial de tráfico establecen que circulaba a una velocidad de entre 76 y 96 kilometros por hora, y pide que se impugne la prueba de alcoholemia al entender que se rompió la “cadena de custodia” de las muestras extraídas a Ortega Cano en el lugar del accidente y no se respetó el protocolo en estos casos. El diestro negó en sus declaraciones policiales o ante el juez instructor haber ingerido alcohol y que todo se debió a un mareo, aunque en algún momento reconoció que le habían invitado a una copa de champán y que se mojó o los labios o se tomó la mitad.
Frente a la petición de invalidez de la prueba de alcoholemia, la Fiscalía de Seguridad Vial ya justificó en su escrito de acusación que el test no se realizara en el mismo momento y de forma reglamentaria debido a la gravedad de las heridas del diestro, por lo que lo prioritario en esos momentos era la salud de Ortega Cano. Así, una vez ingresado en el hospital se realizaron varias extracciones de sangre, una de las cuales se destinó al banco de sangre de Hematología y que sí respetó el protocolo de la unidad.
Ortega Cano se enfrenta a una condena de cuatro años de cárcel por dos delitos contra la seguridad vial, por conducción temeraria y con una tasa de alcohol de 1,26 gramos por litro -casi el triple de la permitida- y otro de homicidio por imprudencia. La vista se iniciará con las cuestiones previas y la declaración del diestro, al que seguirán otras 30 personas entre testigos, guardias civiles y peritos en unas sesiones que serán seguidas por más de cuarenta medios de comunicación nacionales.
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