Yolanda Díaz se da un baño de masas y se olvida de Podemos: «Sumar no va de partidos»

Más de 5.000 personas a 35 grados. Ya es ponerle ilusión: «Hay que sumar». El primer acto de la plataforma de Yolanda Díaz llegó después de casi un año de retraso por dos adelantos electorales, una guerra en Europa, inflación disparada y una complicada negociación de la reforma laboral. Primero, iba a ser en enero; luego, primavera y al final tuvo que pasar San Juan...

«Hoy es un día importante porque os hablo de futuro, es un día importante porque impulsamos un movimiento ciudadano y lo hacemos desde la sociedad como protagonista -gritaba la vicepresidenta, visiblemente emocionada-, Sumar no va de partidos, no va de siglas, va de sumar inteligencias colectivas, va de pensar juntas un país mejor, de presentar un proyecto de país para la próxima década».

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Gregoria Caro

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Díaz borró a los líderes políticos de la presentación de Sumar. Podemos, Izquierda Unida, Comunes, Más País, Más Madrid y Compromís sí estaban invitados, pero el equipo de Díaz pidió a las dirigencias dar un paso atrás para no robar el protagonismo a los colectivos sociales.

Ella evitó chocar con Podemos, pero soltó alguna verdad desagradable y disimulada sobre el declive del partido. «Sé que pensáis que la política no sirve porque la política os ha dejado atrás, justamente por eso el reto es más importante», expresó Díaz; y añadía: «Hay desafección ciudadana, lo dicen todos los estudios demoscópicos y me da igual».

Ese desencanto de la política es el enemigo a batir que tienen el PSOE y Díaz, como se comprobó en las elecciones de Andalucía el 19-J. La vicepresidenta y la líder de Podemos y ministra, Ione Belarra, se esfuerzan en coordinarse desde entonces, como informó ABC. A pesar de que desde hace meses la relación entre ellas ha empeorado por la presión del partido para tener peso y poder en el futuro proyecto. De hecho, ni el día de la presentación de Sumar se pudo librar Díaz del zumbido de fondo de un Pablo Iglesias que horas antes dijo que sería «un soldado» a su servicio en el caso de haber podido asistir, colocando así el mensaje de que no le habían invitado.

«El protagonismo en Sumar es de los colectivos sociales», insistía el equipo. Ayer hablaron una jurista y ecologista, Irene Rubiera; una emprendedora digital, Valeria Castro; un sindicalista y rider, Fernando García; un sindicalista de Amazon, Miguel Ángel Castellano; una profesora, Carmen Rodríguez; una abogada, Carolina Elías, y una psiquiatra, Belén González.

Ningún político tuvo foco mediático. Por Podemos, poco conocidos; la directora de Injuve, María Teresa Pérez, y dos miembros de la Ejecutiva, Pau Vivas y Alejandro Zapico. También el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez. Y perdido por el público, Juan Carlos Monedero, fundador de Podemos.

Por Más País, estaba la líder andaluza, Esperanza Gómez. Izquierda Unida mandó a la eurodiputada Sira Rego; a la líder valenciana Rosa Pérez y al secretario de Estado y líder del PCE, Enrique Santiago. De los comunes, la portavoz en el Parlament, Jessica Albiach, y el diputado nacional, Joan Mena.

Sumar es, según Díaz, el «movimiento ciudadano» con el que vehiculará su candidatura electoral de 2023. Aspira a superar los resultados de Unidas Podemos, siglas muy erosionadas; reconstruir a la izquierda cuarteada por las guerras cainitas y ser fuerte para reeditar el Gobierno de coalición con el PSOE que frene uno de PP y Vox.

A partir de hoy, Díaz empieza una gira hasta final de año para llevar por toda España el llamado «proceso de escucha». Un eufemismo creado por su equipo, un experimento mediante actos con tintes de precampaña para presentar su proyecto político e ir captando apoyos.

La organización de Sumar creará grupos de trabajo temáticos formados por «profesionales, activistas y académicos» de la sociedad civil para elaborar junto a las propuestas que les lleguen a la web un «contrato social» que presentarán en 2023. Es decir, el programa electoral.