Sánchez recibe a Yolanda Díaz para discutir la subida del gasto en defensa primero en el seno del Gobierno

Antes de llegar a su cita con Sánchez, la líder de Sumar ha de superar un primer escollo: vientro en contra, deberá convencer primero a todas las organizaciones de su espacio político para aunar posturas respecto a este incremento de la partida presupuestaria militar. No se torna tarea fácil en cuanto a Izquierda Unida (IU) se refiere. La formación de Antonio Maíllo ya anunció la pasada semana su rechazo rotundo a cualquier subida del gasto o al envío de tropas en línea con la postura de Podemos, que ayer mismo hizo saber su intención de registrar una iniciativa para que cualquier subida del gasto militar deba pasar por el Congreso.

«La paz no se consigue así», ha afirmado en rueda de prensa el coordinador federal de IU, quien horas antes del anuncio de Urtasun, había trasladado su intención de llevar a cabo una campaña de movilización contra la «espiral belicista» y exigido a Díaz una reunión de la llamada mesa de partidos de Sumar. Una cita que, según fuentes del grupo parlamentario, ya estaba prevista antes de reclamarla el dirigente andaluz y que en cualquier caso han de apresurarse a convocarla antes del encuentro Sánchez-Díaz, aunque, al igual que con este, tampoco han trascendido más detalles.

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Mientras tanto, en Sumar, cuyos dirigentes aseveran estar siendo «clarísimos» con su postura, reina la ambigüedad. Ni Díaz ni Urtasun se han atrevido a oponerse a esta subida del gasto en defensa, si bien admitieron que con ella no se arregla «nada» y que en ningún caso debe verse afectada ninguna partida del gasto social. Aún menos creen que sea la mejor opción para que los países europeos avancen hacia su autonomía estratégica y se deshagan del yugo de Estados Unidos y la OTAN.

«No arreglamos nada subiendo ese presupuesto militar», ha dicho la líder de Sumar en declaraciones a los medios desde Bruselas, quien al igual que el ministro Ernest Urtasun, rehúye del debate debate y lo desvía hacia la necesidad de discutir cuál es el mejor «modelo de defensa» para los países miembros de la Unión Europea y no en la «multiplicación de los presupuestos nacionales». A preguntas de los medios, el ministro de Cultura ha defendido la necesidad de «sustituir el paraguas militar de la OTAN, por otro independiente y europeo». Esto es, ha explicado, «construcción de una defensa europea multilateral, defensiva y exclusivamente disuasoria». «Nuestra principal disfunción es que tenemos 27 ejércitos mal coordinados y sin interoperabilidad [...] y la propuesta de la Comisión Europea de reempaquetar los fondos sobrantes de los Next Generation para dar créditos en material de defensa a los Estados miembros no hace sino que entremos en una dinámica de multiplicación del gasto militar que no resuelve, sino que agrava los problemas», abunda Urtasun.

El aumento del gasto en defensa centró este lunes la mayor parte de la intervención de Pedro Sánchez ante la Ejecutiva Federal del PSOE, reunida en la sede de la calle Ferraz en Madrid. Ante los suyos, Sánchez explicó su compromiso ante sus socios comunitarios, en la cumbre extraordinaria de la semana pasada en Bruselas, de aumentar el gasto militar y acelerar el cumplimiento de que ese gasto represente el 2% del Producto Interior Bruto (PIB). Algo que no necesita ni de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado (actualmente están prorrogados los de 2023, antes de las últimas elecciones generales, y ni siquiera hay un proyecto presentado en las Cortes) ni tampoco de un aval parlamentario.

Dada esta situación, la opción que se antoja preferida para Moncloa es la del 'maquillaje' estadístico de ese gasto en defensa. Bien, como ya se ha hecho, incluyendo partidas como los 400 millones de euros aprobados el mes pasado por el Consejo de Ministros para la mejora del sueldo de los 12.000 miembros de las Fuerzas Armadas o bien, en el futuro, asignando a gasto militar partidas que hasta ahora no cuentan como tales, como por ejemplo todo lo relativo a la ciberseguridad.

El PP, por su parte, aplazó pedir una votación por el gasto en defensa y deja en el aire su voto no sin antes advertirle al líder socialista que no le van a dar «cheques en blanco».