Sánchez ocupa el debate con casi tres horas de intervención y Tamames le afea el abuso del tiempo

Esa estrategia por parte del presidente entronca con la decisión de La Moncloa de «tomarse en serio» la moción de censura. Sánchez ha ocupado el debate, ha querido protagonismo. Y lo ha llevado a su máxima expresión en su réplica a Tamames, en la que ha empleado 85 minutos. Cuando llevaba 35 minutos se ha producido la primera queja del hoy candidato, que ha pedido la palabra para quejarse por lo que estaba haciendo Sánchez: «Lo que no es procedente es que traiga aquí un toco de 20 folios preparados para hablar de cosas que yo no he dicho». La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, le ha retirado el sonido del micrófono al comprobar que no intervenía por alusiones.

Lo que Tamames no podía intuir es que Sánchez iba por menos de la mitad de su discurso. Lo que sí le afeaba es que estuviera basando toda su intervención en el borrador filtrado la pasada semana, aunque Tamames ha querido recortar el discurso omitiendo algunos elementos. De ello se han debido percatar algunos ministros del Ejecutivo que, como Miquel Iceta, seguían el discurso de Iceta leyendo esa versión.

Sánchez empezaba esa intervención dirigida a Tamames a las 12.34 y no se bajaba de la tribuna hasta las 14 horas. En ese momento llegaba el turno de la réplica del candidato, que le ha afeado al presidente su estrategia. «¿Por qué tenemos que hablar tanto?», se ha quejado Tamames al inicio de su segunda intervención. Además se quejaba de que no hubiese hecho referencias a cuestiones que él sí había tratado como las referencias a la lengua española o la sobrerepresentación de los partidos nacionalistas e independentistas con la actual ley electoral. Y que tampoco hiciera referencias a las sedición y malversación. Nuevamente afeando la habitual práctica de Sánchez de llevar el grueso de sus intervenciones preparadas.

Tamames ha anticipado que no era necesario hablar mucho más. Apenas ha consumido diez minutos en su réplica, quejándose severamente de que Sánchez haya mencionado a Blas Piñar al referirse a Vox como herederos del histórico líder de Fuerza Nueva e integrante de los más férreos defensores del régimen franquista en los primeros compases de la Transición. Y terminaba su breve intervención volviendo a pedir que se hable menos en estos debates: «Pienso que esta sesión será útil porque probablemente tengan que cambiar el Reglamento de la Cámara y poner tiempos. No se puede dar lecciones sobre lo que no hemos pedido que se informe».

Los socialistas señalan que en esta moción el que «está descolocado es el Sr. Feijóo». Al que acusan de estar «dando pasitos hacia la ultraderecha sin que se note mucho». Los socialistas creen que a lo que «de momento es una abstención» le seguirán «pactos tras las elecciones» de mayo. Hasta entonces, dicen, Feijóo está «en el limbo». El PSOE cuestiona su ausencia en esta sesión como un intento de aproximarse a la ultraderecha pero «ver si nadie se entera». El PSOE considera que la moción de censura «está reflejando lo que se dirime en este importante año» electoral.