debate de la nación
Sánchez recurre al ideario de Podemos para intentar una remontada
Gira a la izquierda y lanza un paquete de medidas ideológicas, con impuestos a las energéticas y la banca
Bronco cara a cara con Gamarra, aunque el enfrentamiento más duro fue con Rufián
Las medidas anunciadas por Sánchez, una a una
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Iniciar sesiónPedro Sánchez vuelve a echarse en brazos de Unidas Podemos. Lo hizo en noviembre de 2019 para dejar atrás el castigo que le asestaron sus votantes tras la repetición electoral, y lo volvió a hacer este martes para intentar una desesperada remontada política que ... parece contar con más ateos que creyentes dentro de las filas socialistas.
Acuciado por el mal resultado en Andalucía, el adelantamiento del PP en las encuestas, la inflación y las constantes crisis con sus socios, el líder socialista giró a la izquierda y tiró de las recetas moradas para lanzar un paquete de medidas ideológicas con el que reconectar con sus votantes y sus aliados.
Su anuncio estrella fue la creación de dos nuevos impuestos para gravar los beneficios extraordinarios de las empresas energéticas y de los bancos durante dos años. Cree Sánchez que Hacienda ingresará 3.500 millones cada año con ambas tasas, y su intención es que entren en vigor el próximo 1 de enero.
«Este Gobierno no va tolerar que haya empresas o individuos que se aprovechen de la crisis para amasar mayor riqueza», proclamó, en una frase que bien podría haber dicho Pablo Iglesias cuando estaba en el Gobierno. La formación morada le venía exigiendo estos dos impuestos y él se venía negando, con lo que vuelve a claudicar ante Podemos. Es el contradictorio efecto de intentar recuperar la iniciativa política con el ideario de otro.
Y es que el sello de la formación morada volvió a dejarse ver cuando Sánchez anunció la bonificación total de los abonos de Cercanías, Rodalies y media distancia operados por Renfe desde el 1 de septiembre al 31 de diciembre. Podemos también le exigía esta medida y, además, un discurso con alma (Yolanda Díaz 'dixit') que el jefe del Gobierno también intentó realizar insistiendo en que es plenamente consciente de las «penurias» que sufren las familias españolas.
«Sé que cada vez cuesta más llegar a fin de mes. Comprendo la angustia, la frustración y también el enfado de todos porque también es el mío», sostuvo. «Gobernaremos para la mayoría social de España y cuando tengamos que elegir estaremos del lado de los más débiles, aunque incomodemos a los más poderosos», prometió.
Pero dedicó el mismo esfuerzo a empatizar con los ciudadanos que a descargarse toda culpa por la escalada de los precios, que volvió a atribuir íntegramente a la pandemia y al dictador ruso. Sin rastro de autocrítica, Sánchez insistió en que «el resto de Europa y el resto del mundo» también sufre subidas de precios.
AGENDA DE TRANSFORMACIONES PARA PROTEGER A LA MAYORÍA SOCIAL
Medidas propuestas por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
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Impuesto a las entidades bancarias, se recaudará en torno a 1.500 millones de euros al año
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Impuesto a las grandes empresas eléctricas, gasistas y petroleras, se recaudará en torno a 2.000 millones de euros al año
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Beca complementaria de 100 euros mensuales para todos los estudiantes mayores de 16 años que ya disfrutan de una beca
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Nueva Ley de movilidad sostenible y próximamente leyes de industria y de mecenazgo
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Agenda legislativa en democracia y derechos civiles, contra la trata y la explotación de las personas
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Programa Código Escuela 4.0 para el desarrollo de competencias digitales en Infantil, Primaria y la ESO
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Nueva y mejorada PAC para impulsar el campo español
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Refuerzo del Sistema Nacional de Salud
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Nuevo marco regulador estatal básico del personal de prevención y extinción de incendios
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Despliegue del autoconsumo en edificios públicos con un plan de 200 millones
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Desbloqueo inmediato de la Operación Campamento. Construcción de hasta 12.000 viviendas en Madrid, 60% serán públicas
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Inversiones en Canarias y Baleares sean territorios plenamente 'descarbonizados'
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Planes estratégicos para el desarrollo económico de Ceuta y Melilla
El jefe del Gobierno aún incluyó otra gran medida ideológica, ésta de su propia cosecha, para alimentar la confrontación con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Así, anunció un complemento de 100 euros para los estudiantes con más de 16 años que se encuentren becados. «España apuesta por las becas como ascensor social y no para perpetuar desigualdades», añadió como golpe a las becas de Ayuso para familias con altos ingresos.
Sánchez completó su paquete con diez medidas de menor impacto como la creación de un Centro Estatal de Salud Pública o el desbloque de la Operación Campamento en Madrid. La reacción de la Bolsa no se hizo esperar: el Ibex 35 pasó de ganancias a pérdidas por los bancos y las energéticas. «Las cosas se van a resituar», decía La Moncloa para restar importancia al castigo del mercado.
Lluvia de críticas
Las medidas de Sánchez también quedaron deslucidas porque la oposición cargó en tromba contra ellas. La número dos del PP, Cuca Gamarra, desmontó el discurso del socialista recordando que la inflación era alta en España antes de que Rusia invadiera Ucrania, y le advirtió de que el nuevo paquete no servirá para combatir la inflación sino para parchear la economía.
Con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sentado en el escaño presidencial del grupo, Sánchez acusó a este partido de ejercer «la oposición más mentirosa de Europa» y le conminó a demostrar su sentido de Estado apoyando los nuevos impuestos y medidas.
No obstante, el choque más duro entre ambos fue por el terrorismo después de que Gamarra pidiera un minuto de silencio por Miguel Ángel Blanco y Sánchez le acusara de utilizar esta causa con fines electorales. El presidente de Vox, Santiago Abascal, pidió una vez más a Sánchez que dimita y prometió derogar «toda la porquería legislativa extremista».
Díaz no aplaude
Todos los gestos y claudicaciones del jefe del Gobierno le sirvieron para ganar cohesión con Podemos pero no con Yolanda Díaz. La vicepresidenta celebró escuetamente las medidas y apenas aplaudió mientras el resto del numeroso banco azul sí lo hizo. Quizás porque ha pasado una semana desde que pidiera una reunión urgente que Sánchez aún no ha convocado.
Díaz justificó su falta de entusiasmo argumentando que no es necesario aplaudir todo el tiempo, pero su reacción fue claramente distinta de la que tuvo Ione Belarra. «Hoy reorientamos el rumbo como llevábamos pidiendo desde hace mucho tiempo», presumió la secretaria general de Podemos, en una línea que siguió el portavoz parlamentario, Pablo Echenique. «Somos gente insistente. Sabemos reconocer cuando se acierta y hoy usted ha acertado en el discurso y en las medidas», añadió el dirigente morado.
Sánchez tampoco logró acercamiento con ERC. De hecho, el debate aumentó la brecha entre ambos. El portavoz republicano, Gabriel Rufián, fue escalando su discurso hasta exhibir tres balas usadas por los gendarmes marroquíes en la valla de Melilla, lo que irritó fuertemente a Sánchez.
El jefe del Ejecutivo le contestó con más dureza que a Gamarra o a Abascal. «Se ha equivocado gravemente. La mera exhibición de balas aquí es un error imperdonable», cargó. El republicano intentó aplacar la tensión. «No se enfade», pidió, bajando el tono.
Con Vox y la ultraderecha desaparecidos de su discurso, convirtió la frase «vamos a por todas» en su nuevo mantra y atacó repetidamente al presidente del PP. Sánchez señaló la inflación como el reto más grave que afronta España, y utilizó este contexto para disparar, sin alusiones directas, contra Núñez Feijóo.
El jefe del Ejecutivo comparó al popular con un «curandero» que no ofrece soluciones para las enfermedades sino que busca «beneficiarse» de ellas, mientras los médicos especialistas (Sánchez) son los únicos que ofrecen el diagnóstico correcto. En esta línea, el líder socialista llamó a «desconfiar» de los «traficantes del miedo» y de los «profetas de la catástrofe».
El de este martes era el primer debate sobre la nación en el que Sánchez participaba como jefe del Gobierno, pero la impronta que dejó en la primera jornada no fue la suya sino la de Podemos, debilitando así el propio proyecto socialista.
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