Reynders se marcha de España apremiando al Gobierno a un cambio de modelo para el CGPJ

Y es que a la indicación, nítida y reiterada, de que hay que proceder a la urgente renovación del Consejo e, «inmediatamente después», al cambio en el sistema de elección de los vocales de procedencia judicial, se ha sumado otra advertencia seria que no está sujeta a interpretación alguna. España debe estar en condiciones de asumir la presidencia de la UE en el segundo semestre del próximo año con los deberes hechos, es decir con estas recomendaciones en marcha.

Dice el comisario que en Europa no se entendería que un país que afronta semejante cometido no cumpla con las directrices que marca Bruselas, que, en caso de ser ignoradas, volverían a formar parte del informe anual de la Comisión relativo al cumplimiento de los estándares del Estado de Derecho. En esa tesitura es «evidente» que «siempre será mejor dar un buen ejemplo» y demostrar que «al comienzo de una tarea tan importante como la Presidencia ha sido capaz de llevar a cabo el camino correcto», zanjó este viernes Reynders en un desayuno informativo organizado por Fórum Europa.

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Si a algo ha contribuido la visita del comisario a España –no a título personal, sino en nombre de Bruselas, dejó claro para responder a quienes le vinculan con el vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons– es a trasladar un mensaje del que Moncloa se había quedado hasta ahora solo con una parte: la relativa a la renovación del CGPJ, en funciones desde 2018. Pero no con la otra, la del cambio en el sistema de elección de vocales.

El Ejecutivo ha ignorado sistemáticamente esta segunda recomendación que también afecta al Consejo y que pretende garantizar una mayor independencia judicial con el nombramiento de los vocales jueces por parte de la propia carrera. Ahora lo son con intervención del Parlamento, al igual que los otros ocho juristas que conforman, con ellos, el CGPJ.

Hasta hace apenas dos días Moncloa defendía que el modelo actual se ajusta a esa recomendación, porque doce vocales jueces son elegidos de una lista de medio centenar de candidatos avalados previamente por asociaciones judiciales o compañeros, y que el Parlamento interviene sólo en última instancia. Pero a Bruselas no le vale. Quiere una nula injerencia política, es decir, un sistema en el que sólo participen los jueces en la elección de sus doce representantes en el Consejo. Si el actual sistema valiera, el informe sobre el Estado de Derecho no estaría incidiendo en este punto, sostuvo Reynders ante la insistencia de los periodistas respecto a esta cuestión, el gran escollo del acuerdo PSOE-PP.

Ahora, con Reynders ya fuera de España y el «compromiso claro» de los implicados en la negociación para implementar las recomendaciones de Bruselas, la pelota ya está solo en un tejado, que es el del Ejecutivo, y no está aún del todo claro que vaya a recogerla.

Desde Moncloa reconocen que el comisario ha trasladado durante la visita a nuestro país la «recomendación», matizan, de un cambio en el sistema de elección del CGPJ. Sin embargo, aseguran que para la Comisión Europea lo «urgente y prioritario» es la renovación del Consejo, algo que aseguran que se puede hacer «si el PP quiere», aunque en línea con el dossier entregado al propio Reynders acusan a los populares de llevar «cuatro años bloqueando esa renovación con excusas». Fuentes del Gobierno aseguran que lo que el responsable de Justicia de la UE transmitió es que «se empiece a hablar después» del cambio de modelo. Sin embargo, se escudan en que hay «docenas» de recomendaciones similares para todos los países comunitarios. Además, recuerdan que el cambio del modelo ya se intentó bajo el Gobierno de Mariano Rajoy, con Alberto Ruiz Gallardón como ministro de Justicia, y fue el propio PP el que lo echó para atrás. Personas conocedoras de la reunión de Reynders con el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, aseguran que éste le transmitió esa postura y que la «entendió perfectamente».

Eran muchas las esperanzas depositadas en la visita del comisario europeo para desencallar unas negociaciones que, si no del todo rotas, sí estaban en punto muerto. No ha habido encuentro a tres ni foto oficial pero hay quien mantiene la esperanza en que el comisario haya contribuido al menos a desengrasar y poner los puntos sobre las íes en lo que España se juega. Y uno de ellos es el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, cuya renuncia depende precisamente de los resultados de la visita de Reynders, con quien se reunió ayer.

Lesmes tiene esperanza de que el acuerdo para la renovación del CGPJ y el cambio el sistema de elección de los vocales jueces fructifique, y ayer pidió al Gobierno y al PP que digan públicamente si van a desbloquear esta situación. «El compromiso se debe visibilizar de alguna manera porque la opinión publica tiene que saber que esto es así; otra cosa es que ellos tengan negociaciones discretas, que es lo lógico, no lo van a hacer con publicidad, pero por lo menos que pongan de manifiesto a la sociedad española que quieren hacerlo, porque eso ya supone una voluntad de retomar una negociación y en la medida de lo posible llevarla a buen término».

Lesmes se pronunciaba así a preguntas de los medios tras su encuentro con el comisario, cuya visita valoró muy positivamente para que el mensaje de Bruselas cale en los políticos y les haga reflexionar.

El presidente del Supremo no tiene intención de dejar su puesto de forma inminente, al menos hasta que no sepa si los políticos cogen el guante de Bruselas y «flexibilizan» sus posturas. «He condicionado mi renuncia a que no se haga la renovación. Por lo tanto, a día de hoy todavía tengo confianza en que, a raíz de la visita del señor Reynders vuelvan a encontrarse y desatasquen esta situación, que es muy grave», dijo. Pero «si nos mantenemos exactamente en la misma situación mi permanencia carecerá ya de sentido. Si en los próximos días hay un acercamiento, que yo creo que todos desearíamos, estaré a la expectativa de que fructifique».

Lesmes considera que las dos recomendaciones de Bruselas que afectan al CGPJ tienen que llevarse a cabo, pero así como la renovación es la «urgente», dicho por el propio comisario, no lo es definir el cambio en el modelo de elección para que los jueces sean elegidos por la carrera, un procedimiento, ha dicho, sobre el que hay que reflexionar y que en ningún caso se pondría en marcha antes de cinco años, que es el tiempo que dura el mandato del CGPJ que ahora se elija.

El presidente del Poder Judicial abría así una vía para salvar las reticencias de Moncloa a hacer ya ese cambio en el sistema de elección. Es posible anunciarlo ahora y abordarlo con calma.

«España puede darse un tiempo de reflexión», dijo Lesmes, en referencia a esa segunda recomendación. El procedimiento «no tiene por qué ser tan simple como que elijan los jueces». «Se puede hacer de muchas maneras para evitar, por ejemplo, bloques ideológicos a través de asociaciones judiciales, porque estaríamos exactamente en lo mismo (...). Habrá que buscar otros caminos donde esa representatividad exista para garantizar la independencia judicial eliminando, a la vez, esa politización».

«Eso puede llevar tiempo. No hay urgencia –sostuvo– porque hasta cinco años después no tocaría la siguiente renovación. Pero sí creo que es urgente, y que debería formar parte de la propia negociación, el poner en marcha un procedimiento de búsqueda de soluciones ajustado a los mandatos de la UE».

Otra de las cuestiones pendientes de la visita de Reynders era la continuidad de las negociaciones, por parte del bloque conservador del CGPJ, para renovar a los magistrados del TC. Los dos bloques se han emplazado a un nuevo encuentro el 5 de octubre y ya hay candidatos sobre la mesa, al día siguiente se procedería a la votación en un pleno extraordinario. Si no los hubiera, se convocaría otro para el día 13. «Yo he intentado que haya avances y se me ha dicho que era necesario esperar a esta visita. Bueno, pues esta visita ya se ha producido, por lo tanto espero que los haya en los próximos días», dijo Lesmes.