La renovación del Constitucional, en manos del vocal Enrique Lucas
El CGPJ afronta hoy el segundo intento de desbloqueo del TC
El voto de un vocal que tuvo que abstenerse la semana pasada es ahora decisivo
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En plena brecha institucional tras la decisión del Tribunal Constitucional de frenar el plan judicial de Sánchez, el bloque conservador del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) intentará nombrar hoy a los dos magistrados que tienen que completar la renovación del órgano de ... garantías. Lo hará de nuevo en medio de una profunda división entre los nueve vocales que pidieron el primer pleno extraordinario para adelantarse a la reforma del Gobierno que modifica sus mayorías y los siete progresistas que se mantienen firmes con un candidato que sus colegas rechazan: el magistrado del Tribunal Supremo José Manuel Bandrés.
Si las votaciones se mantienen como en el Pleno de la semana pasada, que se renueve el Tribunal Constitucional dependerá de un solo voto: el del vocal propuesto por el PNV Enrique Lucas. Con su apoyo y el del Vicente Guilarte el bloque conservador tendría ya los once avales requeridos (tres quintos) con la actual composición del Consejo, que cuenta con dieciocho miembros tras la jubilación de Rafael Fernández Valverde y el fallecimiento de María Victoria Cinto.
Que dos de los tres magistrados que se someterán a votación (el conservador César Tolosa y los progresistas María Luisa Segoviano y José Manuel Bandrés) logren esa mayoría supondría la renovación inmediata del TC, pues, unidos a los dos que ya propuso el Gobierno (el exministro Juan Carlos Campo y Laura Díez), estarían en disposición de tomar posesión en cuestión de días: el tiempo que tardara el TC en reunirse en Pleno para dar el todavía exigido plácet a los nuevos miembros del tribunal y en convocar el acto en el que los cuatro salientes dan el relevo a los nuevos previa jura ante el Rey.
A diferencia del anterior Pleno del CGPJ, en el que el vocal Enrique Lucas tuvo que abstenerse en la votación al ser su hermano uno de los candidatos, ahora sí podrá votar, pues el bloque conservador ha sustituido a Pablo Lucas por la también progresista María Luisa Segoviano, quien fue presidenta de la Sala Social del Supremo hasta su jubilación hace solo unas semanas.
Junto a Segoviano, este bloque mantiene la candidatura del presidente de la Sala Tercera, César Tolosa, que, al igual que Lucas, consiguió diez votos. Bandrés, por su parte, se quedó en siete: los que le dieron el presidente, Rafael Mozo, el exdiputado socialista Álvaro Cuesta y las vocales Roser Bach, Clara Martínez Careaga, Pilar Sepúlveda, Concepción Sáez y Mar Cabrejas, todos ellos progresistas.
Casi unanimidad
Se da la circunstancia de que en septiembre de 2020 María Luisa Segoviano fue elegida presidenta de la Sala Cuarta del Supremo con el apoyo casi unánime del mismo Pleno que hoy tiene que volver a valorarla, ahora como candidata al TC. La magistrada logró 19 de los 21 votos del CGPJ y se convirtió en la primera mujer que presidió una Sala del Tribunal Supremo. Solo Cuesta y Sáez votaron en blanco.
Es precisamente la posibilidad que tiene esta magistrada para generar consensos lo que propició que la semana pasada el bloque conservador impulsara su candidatura. Eso y que los propios vocales progresistas pusieran su nombre sobre la mesa cuando los negociadores de ambos sectores del Consejo empezaron a reunirse a la vuelta del verano para intentar cumplir con su parte de la renovación. Para entonces el bloque progresista estaba abierto a más candidatos que Bandrés y era el bloque conservador el que decía que no encontraba en el Tribunal Supremo a ningún magistrado que quisiera dar el paso a Constitucional.
En evidencia
En el fondo lo que subyace en la propuesta de Segoviano es la intención de los conservadores de poner en evidencia a sus colegas progresistas ante un eventual rechazo de su candidatura. Si hace dos años su mérito y capacidad aunaron las voluntades de casi la totalidad del Consejo no se entendería por qué ahora se la rechaza. La responsabilidad del bloqueo recaería entonces sobre los progresistas por su insistencia en un perfil (Bandrés) del que los vocales conservadores desconfían por su afinidad con Cándido Conde-Pumpido, ex fiscal general y hoy magistrado del Constitucional.
Lo cierto es que el sector progresista no tiene nada que perder más allá de que se les acuse ahora a ellos de obstruccionistas. En cuestión de semanas estaría aprobada la ley con la que el Gobierno pretende sortear la suspensión del plan de Sánchez para controlar el TC y que pasa por suprimir esa mayoría de tres quintos exigida en el CGPJ para la elección de los dos magistrados al TC. Lo cierto es que esa proposición de ley no está aún ni presentada y el tiempo corre con las primeras elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina (mayo).
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