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Suiza prohíbe la entrada a ciudadanos franceses en una piscina municipal tras varios incidentes: «El comportamiento de los usuarios...»

Desde este viernes y hasta el próximo 31 de agosto, solo podrán acceder a las instalaciones los residentes legales y quienes cuenten con un permiso de trabajo en vigor en el país

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Suiza prohíbe la entrada a ciudadanos franceses en una piscina municipal tras varios incidentes: «El comportamiento de los usuarios...» Juan Carlos Jimenez

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Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, las piscinas municipales se convierten en uno de los destinos favoritos de las familias para combatir el calor. Espacios pensados para la relajación, el ocio en comunidad y el disfrute al aire libre. Sin embargo, en el pequeño municipio de Porrentruy, ubicado en el cantón suizo del Jura, a escasos kilómetros de la frontera francesa, la temporada estival ha comenzado envuelta en polémica tras la decisión de las autoridades locales de prohibir temporalmente el acceso a ciudadanos franceses en su piscina municipal.

El Ayuntamiento de Porrentruy y el Sindicato Intercomunal del Distrito de Porrentruy (SIDP) han anunciado que, desde este viernes y hasta el próximo 31 de agosto, solo podrán acceder a las instalaciones los ciudadanos suizos, residentes legales en Suiza y quienes cuenten con un permiso de trabajo en vigor en el país. La medida, que ha generado una fuerte controversia tanto en el ámbito local como en la vecina Francia, afecta directamente a los visitantes franceses, quienes tradicionalmente han representado la gran mayoría del público que acudía a esta piscina durante los meses de verano.

Las autoridades justifican la medida en la necesidad de «garantizar la seguridad de los usuarios dentro y alrededor de la piscina, por un lado, y preservar un clima sereno, respetuoso y seguro por el otro», tal como explicaron en un comunicado conjunto recogido por el medio local 'Quotidien Jurassien'. Lejos de tratarse de un cierre por razones administrativas o sanitarias, la decisión se ha tomado tras un aumento preocupante de los incidentes durante los días de mayor afluencia.

Insultos, robos, enfrentamientos verbales e incluso pequeños actos de vandalismo han sido reportados en las últimas semanas, creando una sensación de inseguridad que ha terminado por desencadenar esta medida de restricción. Según los diarios suizos, hasta el 95% de los bañistas franceses habituales podrían quedar afectados por este veto temporal y ya hay decenas de personas a las que se les ha denegado la entrada en los últimos días.

La medida es, según insisten los responsables políticos, «excepcional y de carácter exclusivamente temporal». Aun así, su impacto es innegable, no solo en términos de imagen, sino también en la relación entre las localidades fronterizas suizas y francesas, que históricamente han compartido espacios y servicios con relativa normalidad.

El alcalde niega cualquier motivación discriminatoria

Ante las críticas y las acusaciones de discriminación hacia los ciudadanos franceses, el alcalde de Porrentruy, Philippe Eggertswyler, ha salido al paso para defender la decisión. En declaraciones a Radio Fréquence Jura, explicó que la medida no responde a prejuicios contra los extranjeros, sino a una necesidad operativa de recuperar el control del recinto y asegurar que los habitantes del municipio puedan disfrutar de la piscina sin temor ni tensiones. «Ser elegido es asumir responsabilidades y los electos asumen sus responsabilidades», afirmó, subrayando que su deber es priorizar el bienestar de los residentes locales. «Hay que ver el problema de otra manera. Hoy hay una gran afluencia y es imprescindible asegurar que los habitantes de nuestro pueblo puedan aprovechar esta infraestructura», remató.

A pesar de la contundencia de la medida, el Consejo municipal y el SIDP han dejado abierta la puerta a levantar las restricciones antes del 31 de agosto si la situación mejora. «Todo dependerá del comportamiento de los usuarios y la evolución de los acontecimientos», señalaron, insistiendo en su voluntad de que la piscina vuelva a ser «un lugar de esparcimiento abierto, pero respetuoso de las normas de convivencia».

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