El PSOE no incluyó el cupo catalán en ninguna de sus votaciones internas
El PSC llegó a criticar en 2013 el concierto por representar «un privilegio»
Los juristas avisan de que lleva a un Estado confederal
Pedro Sánchez en el XL Congreso Federal del PSOE celebrado en 2021 en Valencia
El concierto económico para Cataluña o cupo a la catalana que Pedro Sánchez ha concedido a ERC a cambio de la investidura de Salvador Illa que se concretará esta semana, fue negado hasta hace apenas meses por el PSOE y por el propio ... Gobierno, en boca de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda (la 'dueña', por tanto, de las llaves de la caja) María Jesús Montero. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE ha encarado este asunto, por tanto, de manera milimétrica al de los indultos, la eliminación de la sedición del Código Penal y la rebaja de las penas por malversación o la amnistía. Negando que se fueran a producir y acometiéndolas después.
La única línea roja que quedaría por traspasar, como le recordó la semana pasada un periodista en la rueda de prensa de balance del curso político, es la del referéndum de independencia. Sánchez mostró su enfado con el informador, pero no contestó en absoluto a su pregunta. Pero además de ese cambio de opinión repentino, lo cierto es ni el PSOE ni el PSC, su partido hermano aunque estatutariamente independiente, han votado ese sistema en ninguna de sus resoluciones.
E incluso la hemeroteca brinda momentos más que curiosos, como cuando hace diez años el entonces líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, provocó una enorme polvareda al solicitar que se acabase, mediante una reforma constitucional, con el concierto que la Carta Magna contempla para el País Vasco y Navarra. Navarro habló entonces de que ese sistema representa un «privilegio» incompatible con una financiación autonómica justa.
Por lo demás, ni en las resoluciones del último Congreso Federal del PSOE -el XL Congreso que tuvo lugar en Valencia en 2021- ni en las de las últimas dos conferencias políticas celebradas por el partido, la de 2013 en Madrid, con Alfredo Pérez Rubalcaba como líder, y la de La Coruña de finales del año pasado, hay rastro alguno de lo que ahora se ha pactado con ERC, que Illa se comprometió el pasado sábado a cumplir de manera «íntegra». Tampoco en la declaración de Granada de 2013, con Rubalcaba, ni en la de 2017 en Barcelona, en pleno 'procés' y con Sánchez en Ferraz y Miquel Iceta como líder del PSC.
En esos documentos diseñados para servir como hoja de ruta de los socialistas, sí se apela a un cambio en la financiación para Cataluña, e incluso a una modificación del actual Estado de las autonomías. Pero mediante una reforma de la Constitución y, más en concreto, de su título VIII. Algo de lo que nada se ha dicho esta última semana, ni siquiera cuando Sánchez, en la citada comparecencia de balance antes de las vacaciones de verano, habló de lo pactado con ERC como un paso «indudable» hacia la «federalización» de España.
Ahora, por el contrario, se considera que la mera reforma de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas, la Lofca, bastaría para privilegiar a Cataluña con su salida del régimen común, permitiendo a la Generalitat recaudar el 100% de los impuestos, incluido el IRPF, y disponiendo para ello de los medios materiales y humanos, como reza el acuerdo con los republicanos. Un aspecto que ya ha provocado las primeras protestas de los inspectores de Hacienda.
La promesa a ERC de ese sistema de concierto, tan insólita que los periodistas se lo tuvieron que preguntar varias veces a los líderes del partido independentista cuando presentaron el preacuerdo, tampoco será fácil de implementar por esa vía de cambiar la Lofca. Pero ocurra o no Illa será el próximo presidente catalán en los próximos días.