Todo preparado en Sangenjo para una visita de Juan Carlos I que pretende ser discreta

Desde Londres, precisamente, será desde donde Don Juan Carlos viajará hasta el Aeropuerto Internacional de Vigo-Peinador. Se trata de su segunda visita desde que el 3 de agosto de 2020 tras una «meditada decisión» decidió salir de España para instalarse en Abu Dabi. En marzo del año pasado, una vez archivadas las causas judiciales por las que se le investigaba, comunicó a Felipe VI su intención de «continuar residiendo de forma permanente y estable» en la capital de Emiratos Árabes Unidos.

Debido al revuelo y la atención mediática que generó el primer viaje de Don Juan Carlos a España –que tuvo lugar en mayo del año pasado, cuando estuvo en Sangenjo y en Madrid–, en esta ocasión no ha trascendido ningún detalle sobre las actividades que tiene previsto realizar. Se da por hecho que tampoco se va a comunicar ni formal ni oficiosamente cuándo va a tomar parte en la regata que se celebra en el náutico pontevedrés o los horarios de los entrenamientos, y parece igualmente improbable que haya saludo alguno con las autoridades locales o regionales.

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A primera hora de la mañana del día de ayer, un equipo del Palacio de la Zarzuela ultimó en Sangenjo los detalles sobre el operativo, que se pondrá en marcha en cuanto el equipo de seguridad desplazado hasta la localidad sea informado de la hora a la que llegará Don Juan Carlos.

Al cierre de esta edición, todo apuntaba a que el avión en el que viaja el padre del Rey aterrizará en Vigo esta madrugada del martes para el miércoles, lo que haría que su llegada a España pase más inadvertida que la del año pasado, cuando más de 20.000 personas siguieron en directo cómo el tren de aterrizaje del avión comenzó a rodar por tierras gallegas. En los alrededores del perímetro del aeropuerto vigués se congregaron incluso cámaras de televisión y fotógrafos a la caza de una instantánea que inmortalizara el regreso a España de Juan Carlos I, tras 21 meses de estancia en el exterior. Salvo sorpresa, esa imagen no va a obtenerse en esta ocasión. Forma parte de ese halo de discreción con el que quiere rodearse esta visita.

A Don Juan Carlos le acompañarán los dos escoltas de la Casa de S. M. el Rey que se encuentran con él en Abu Dabi, y un jefe de seguridad. Los tres se sumarán al reducido equipo (no llegan a diez efectivos) que se han desplazado desde La Zarzuela a Sangenjo. Recibirán apoyo logístico de las unidades de la Guardia Civil y Policía Nacional de la localidad. El plan de vuelo y la hora de llegada dependerán de las necesidades de Don Juan Carlos, de ahí que su viaje a Londres contemple la opción de pernoctar en la capital británica para que pueda descansar allí después de las horas de vuelo desde Abu Dabi. No hay que olvidar, además, que su estancia en Londres coincide con el partido de vuelta de los cuartos de final de la Champions entre el Chelsea y el Real Madrid.

Don Juan Carlos no pretende, al menos de momento, repetir el modelo de viaje de mayo del año pasado. Ni el tipo de planes ni la exposición. De hecho, la dificultad para obtener imágenes de su paso por Galicia va a ser una constante en esta ocasión: parece descartado que acuda al Náutico antes de las regatas para departir con el resto de regatistas, y todo apunta que se trasladará directamente de su lugar de residencia hasta el pantalán donde se encuentra atracado el Bribón, esquivando a los periodistas.

Después de estos días en Sangenjo, no parece que tenga previsto pasar por Madrid ni almorzar con su familia en el Palacio de la Zarzuela antes de volver a Abu Dabi.

El mutismo respecto a los detalles de la visita es absoluto. Ni siquiera se ha confirmado que el anterior jefe del Estado vaya a pernoctar –como es habitual– en la residencia que su amigo Pedro Campos tiene en las inmediaciones de la playa de Nanín, a las afueras del centro urbano de Sangenjo. Se trata del emplazamiento más lógico y probable, por ser el más conocido por el equipo de seguridad que habitualmente acompaña a Don Juan Carlos, y que permite garantizar una mayor cobertura y vigilancia gracias a su situación.

Sin embargo, fuentes consultadas por ABC no descartan que, dentro de esta premeditada política de discreción que rodea a la visita, finalmente se opte por una vivienda alternativa, también en el término municipal de Sangenjo, y que le habría cedido uno de sus amigos más próximos. Se evitaría así que los periodistas hicieran guardia a las puertas de casa de Pedro Campos, como ocurrió de manera sistemática el pasado año.