El PP pide a sus diputados no caer en la «provocación» de Vox

El mensaje que llegó al móvil de todos los diputados lo mandaba el portavoz en el Congreso, Miguel Tellado, que trataba de calmar con ello el malestar y la incomprensión que aflora en las filas del PP cuando crece la tensión con los de Abascal. «Los ataques de Vox a Feijóo no deben distraernos. No entremos en su provocación. Abascal hace oposición a Feijóo, le ha dedicado cuatro de sus siete minutos. Pero Feijóo le hará oposición a Sánchez».

Abascal acababa de terminar en la tribuna una intervención en la que había criticado a Feijóo por «blanquear» al Gobierno con una «oposición a tiempo parcial». Vox intenta sostenerse y crecer en torno a un electorado que no entiende que en determinados asuntos el PP busque el entendimiento con los socialistas. «Media jornada contra el golpe y media tendiendo la mano a los que dan el golpe», en palabras de Abascal. Le afeó en concreto la predisposición a renovar el CGPJ «en mitad de un golpe» o haber pactado la reforma del artículo 49 de la Constitución en el que se elimina el término disminuido. Pero con la nueva redacción plasmando que «se atenderán particularmente las necesidades específicas de las mujeres y los menores con discapacidad». Vox entiende que esto «consagra» la desigualdad de género en la Carta Magna. Pero sus 33 diputados no son suficientes para forzar un referéndum. Les faltan dos. De tenerlos podrían forzarlo. Ayer se registró la solicitud pero sin las firmas suficientes.

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El otro pulso de Vox al PP se da en el Senado. Abascal quiere que los populares usen su mayoría en la Cámara Alta para no tramitar la ley de amnistía en la Mesa. Los informes que los populares han solicitado a los letrados en el Senado para que arrojen luz sobre esta cuestión no tienen que ver con un intento del PP de iniciar ese proceso. Más bien todo lo contrario. Lo que se pretende es poder ofrecer una argumentación jurídica inapelable que refuerce esa posición.

Si Vox anima al PP a un choque institucional, Feijóo quiere lo contrario. Aparecer como garante de la institucionalidad frente al deterioro en el que se conduce por las políticas y alianzas de Pedro Sánchez. En su brújula estratégica están cientos de miles de electores del PSOE que se identifican críticos con Pedro Sánchez. «Me interesan mucho esos votantes», dijo el presidente del PP en su última entrevista con ABC.

Antes del 23 de julio la relación de fuerzas en el Congreso entre Vox y PP era de 52-89. Ahora es 137-33. Ha cambiado y mucho. Pero también ha ganado complejidad, porque una parte del poder territorial del PP se sostiene en acuerdos con Vox. La evidente descapitalización interna que la formación ha pretendido cerrar adelantando su Asamblea General para blindar el liderazgo de Santiago Abascal los convierten, a ojos del PP en un compañero de viaje muy complicado: «Nos atacan para ganar espacio, pero es algo que no están consiguiendo que se entienda», plantea un dirigente de Génova 13. «No sé quién les está aconsejando esto», lamenta otra integrante de la cúpula del PP. En Génova creen que el electorado que se opone a Sánchez «no entiende» esta estrategia. La posición desde hace meses es esa. Tellado quiso reforzarla este martes para que no se emitan críticas a Vox. El mensaje es que desde el PP solo están centrados en Sánchez y que Vox no debe confundirse de enemigo.

Mientras Sánchez cabalga la legislatura de la mano de los independentistas, la derecha libra su cuita. Vox trata de zafarse del abrazo del oso del PP. «Están nerviosos porque no capitalizan ningún pacto autonómico». A su vez, el PP trata de evitar el intento de Vox de practicar una oposición gemela y sin matices. Feijóo quiere bucear en otros electorados, sin renunciar a seguir captando voto útil de Vox. Y ahí encaja la ofensiva por arrebatarle a los derechistas la bandera de la movilización en la calle.